El Bokken debe ser practicado siempre con ese sentimiento. Ya que indudablemente puede segar la vida de una persona, hay que dedicar una atención exquisita al desarrollo de sus técnicas, tanto a las de bokken contra bokken, como a las de bokken contra manos vacías.
En el desarrollo de algunas técnicas de Aikido se dice que los brazos son como una katana, que es capaz de cortar al adversario con un simple movimiento.
El trabajo de bokken comienza por saber coger el arma: la mano izquierda se sitúa justo en el borde de la empuñadura, algunos maestros incluso aconsejan que la mitad del dedo pequeño (meñique), esté por fuera del bokken, la mano derecha se sitúa en el extremo opuesto de la empuñadura, de forma que entre mano y mano haya un espacio vacío. La mano izquierda aplica solidez, fuerza, firmeza; nos aporta la compasión. La mano derecha es la que dirige al bokken, lo guía y lo orienta; nos aporta la sabiduría.
Los antiguos samuráis sabían distinguir a los grandes maestros por la forma y el sentimiento con que agarraban su sable. Esta actitud espiritual implica una gran conciencia de lo que supone desenvainar un sable, y se despreciaba a los samuráis que desenfundaran sin necesidad.
"La verdadera vía de las armas consiste, no solamente en neutralizar al enemigo, sino en dirigirlo de tal forma que abandone voluntariamente su espíritu hostil"Morihei Ueshiba.
fuente: Centro Aikido Cartagena
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