lunes, 29 de febrero de 2016

Frustración

La frustración es una respuesta emocional que aparece como fruto de un conflicto psicológico ante un hecho no gestionado.
El impacto de la frustración sobre una persona varía de acuerdo a su personalidad y a diversas variables que son difíciles de controlar.

¿Qué tipos de frustración existen?

  • La frustración por barrera: la persona se frustra cuando existe un obstáculo que impide alcanzar su objetivo.
  • La frustración por incompatibilidad de dos objetivos positivos: la frustración aparece cuando existe la posibilidad de alcanzar dos objetivos, pero estos son incompatibles entre sí.
  • La frustración por conflicto evitación-evitación: se produce por una huida de dos situaciones negativas.
  • La frustración por conflicto aproximación-aproximación: aparece cuando una persona se muestra indecisa ante una situación que provoca resultados positivos y negativos en igual medida.

¿Por qué aparece?

Los factores que generan la frustración son relativos y pueden ser diferentes en cada persona, ya que a algunas personas una situación les causará frustración mientras que a otras esta misma situación no les genere ningún problema. Esto es debido a las situaciones con las que hemos convivido desde pequeños, las cuales nos preparan ante estos factores o, por el contrario, nos vuelven más vulnerables ante ellos.
Por otra parte, los estándares de vida que nos exige la sociedad o el entorno que nos rodea pueden hacer que no lograr satisfacer un deseo suponga una frustración. Por lo que algunas personas en ciertos entornos, ya sea laborales o dentro de ciertas sociedades, serán más susceptibles a caer en un estado de frustración, ya que si un individuo se desenvuelve en un medio en que la mayoría de las personas han logrado sus metas con éxito y él no lo logra puede que experimente con gran facilidad una sensación de fracaso, llevándolo como consecuencia a la frustración.
En las sociedades industrializadas el deseo por el éxito es una necesidad en la mayoría de las personas, en cambio, en las sociedades primitivas al ser sus necesidades únicamente las primarias es mucho más difícil que esta caiga en frustración, ya que las exigencias son menores.
El potencial de frustración en general es mayor en las personas que viven en las ciudades industrializadas que aquellos que viven en sociedades primitivas, más sencillas”.
Carl Whitaker.
En otras ocasiones, la frustración es causada por factores existentes dentro de nosotros que impiden la satisfacción de ciertos motivos. Esto debido a que muchas veces la frustración se debe a las metas poco realistas, lo cual hace que sea muy difícil alcanzarlas; en otros casos, la persona es demasiado crítica consigo misma, por lo cual alcanza una meta, pero considera que no la ha alcanzado en la medida deseada, lo que deriva en un estado de frustración.
Finalmente, la frustración puede venir de la mano de otras personas. Esto se puede observar cuando tenemos la seguridad de que estamos desenvolviéndonos bien en una actividad o que hemos triunfado en el desempeño de esta, pero otra persona nos dice que no hemos hecho bien nuestro trabajo, o que hemos fracasado en nuestro desempeño, esto hará experimentar una sensación de frustración de gran intensidad, y por ende, también será la forma en que la persona desarrolle un mecanismo de defensa.
La frustración en la mayoría de los casos tiende a ser acumulativa, por lo tanto una serie de situaciones frustrantes de pequeña importancia pueden lograr desbalancear la vida de un individuo y que este se llegue a sentir frustrado, aún cuando cada una de éstas, individualmente, no le causarían frustración en absoluto.

¿Cómo nos afecta?

La frustración puede derivar en mecanismos de defensa como ansiedad, rabia, depresión, angustia, ira o en sentimientos y pensamientos autodestructivos para el sujeto.
Estas respuestas ante la frustración son en gran medida un mecanismo reflejo, como cuando nos arrojan un objeto a la cara y instintivamente ponemos las manos para protegernos sin pensar o recapacitar qué hacer ante el objeto, de igual manera los mecanismos de defensa surgen involuntariamente sin que nos percatemos.
Los mecanismos de defensa más frecuentes son:
  • Ansiedad: ante una frustración la persona puede desarrollar ansiedad, la cual puede ser liberada físicamente mediante conductas usuales como mover una pierna cuando estamos sentados, comernos las uñas, mostrarnos impacientes, etcétera.
  • Racionalización: uno de los mecanismos de defensa más comunes es la racionalización. Cuando racionalizamos, encontramos razones lógicas, pero falsas, para justificar nuestra conducta, pero para nosotros son aceptadas como verdaderas.
  • Proyección: consiste en una reacción defensiva mediante la cual un individuo descarga la culpa de sus deficiencias, errores y malas acciones en otros; y atribuye a otros sus impulsos, pensamientos y deseos inaceptables.
  • Identificación: se da cuando nos identificamos con alguna idea o sentimiento y asumimos ciertas características de la persona o personas admiradas. Cuando una persona nos ayuda a salir adelante, puede ser que copiemos sus conductas o habilidades por ser objeto de nuestra admiración. Al imitar demasiado las características de la persona admirada el individuo puede perder su identidad.
  • Sustitución: es el intento de vencer un defecto subjetivo que existe en cierto aspecto de la actividad, sobresaliendo en otro. Es decir, que ante la imposibilidad de alcanzar un objetivo en un área o actividad, la persona retira sus esfuerzos por lograr cumplir sus objetivos y lo sustituirá sobresaliendo en otras áreas, como es en el caso de algunos niños que al no poder triunfar en las áreas académicas básicas como la matemática, lenguaje, etcétera, lo contrarrestan sobresaliendo en otras como podrían ser los deportes o las artes.
  • Evasión: la persona al ver frustrada la posibilidad de no alcanzar la meta que se había propuesto, llega a abandonar la lucha por lograr su objetivo.
  • Agresión: ya sea de forma verbal o física.
  • Huida y retirada: una persona al sentir que en un ambiente o en una discusión se le ha coartado su meta por la cual estaba ahí y se siente frustrada prefiere retirarse ante la imposibilidad de liberar su frustración mediante la agresión para así evitar el castigo que le podría acarrear el responder de forma agresiva.
  • La presión: surge del intento de evitar acontecimientos negativos, en algunas ocasiones puede causar más estrés que los acontecimientos mismos.

¿Debo acudir al psicólogo?

Rotundamente, sí. El paciente que sufre una frustración que le esté repercutiendo en su calidad de vida debe acudir a la asistencia de un profesional, puesto que la frustración puede desencadenar problemas psicológicos mayores.

Consejos para superar una frustración

  • Busca un plan B: cuando algo nos dificulte o nos impida alcanzar un objetivo que deseamos podemos canalizar nuestro esfuerzo y energía en lograr otra meta. Tener metas sustitutivas, es decir, buscar un plan B, nos ayudará a superar la frustración.
  • Reconoce tus errores: de esta forma podemos iniciar un proceso mediante el cual trataremos de no cometer los mismos errores del pasado, o sabremos como reaccionar ante los hechos que nos impidieron alcanzar una meta. Debemos aprender de aquellas situaciones frustrantes del pasado y no verlas como una situación desagradable, sino como algo que nos dejó una lección y a partir de ese momento luchar por evitar que esa situación vuelva a ocurrir.
  • Quédate con la parte positiva: mediante la experiencia crecemos y aprendemos.
  • No busques la perfección: en general las ideas de perfección e inflexibilidad son contraproducentes para sanar y superar frustraciones.
  • Fomenta tu autoestima y tómate las cosas con calma sin dejarte llevar por presiones externas.
Amaya Terrón 

martes, 23 de febrero de 2016

El Arte de la paz

El aikido, es también conocido como el arte de la paz. El fundador de este budo (artes marciales japonesas) Morihei Ueshiba, siempre puso como principal objetivo de su creación, la construcción de un mundo de paz, a partir de los valores marciales del aikido, llegando incluso a definir el aikido como Amor.
Pero la cuestión que me gustaría abordar aquí, es cómo un arte marcial, puede ser una gran herramienta educativa para transmitir valores como la paz, el amor, y la armonía, entre otros, de manera diferente, efectiva y divertida.
La respuesta a esta cuestión es bastante simple: se hace a través del cuerpo.
Es por ésto, que lo considero una extraordinaria herramienta, para educar en valores a los niños y por supuesto a los adultos.
El transmitir valores como la paz, la colaboración, el respeto, la serenidad… a través del cuerpo, hace que los niños se vuelvan totalmente permeables a lo que están recibiendo, ya que lo reciben a través del medio más natural que poseemos, que es la comunicación corporal, gestual, la imitación y lo más importante que esto conlleva, la implicación del estudiante en la acción, dejando de ser receptores pasivos, a  convertirse, en constructores de su propia formación.
El aikido, a partir de un “escenario” marcial donde se recrea la energía del conflicto, mediante una serie de ejercicios y ataques establecidos, estudia toda una serie de movimientos técnicos, destinados a mantener la calma, la flexibilidad, la adaptabilidad, la comunicación, la protección propia y del que ataca, la “suavidad”, en una situación como decía, incómoda o de conflicto.
A partir de un conflicto, en este caso físico, se entrenan toda una serie de movimientos, en un estado mental de atención y “escucha”, que permiten resolver el encuentro, de forma proactiva, adaptándonos a la situación, tomando la “dirección” de la misma, para resolverla de forma suave y pacífica para ambos: atancante y defensor.
De esta manera, y a través de la repetición día a día, en el niñ@ va calando una actitud proactiva y no reactiva ante las dificultades. Una forma de ver la vida “suave” y determinante al mismo tiempo, ya que se aleja totalmente de la omisión o la huída ante las dificultades, propias o ajenas, convirtiéndose así el practicante de aikido, en agente activo en la resolución de conflictos y dificultades.
Siente, por propia experiencia, que ante el conflicto hay que actuar, no sufrirlo, sentirlo, afrontarlo utilizando herramientas de paz, como son: la calma mental, la flexibilidad física y mental, la sensibilidad (sentir a través del contacto la dirección que la intención del atacante lleva, para redirigirlo sin daño y sin imposición), la comunicación, el esfuerzo, la voluntad, la atención, etc...
Pero además, el niño aprende a conectar con la energía del ataque (la parte mas yang de la energía, según los principios taoístas, tan importante como la energía suave o yin,  y cuyo equilibrio daría lugar a todo lo creado) ya que en la práctica, siempre hará de defensor y atacante (no hay vencedor ni vencido, la práctica es una sucesión de cuatro veces cada uno en la adopción de roles), permitiendo así expresar la energía más fuerte (tan necesario para el desarrollo de los niñ@s, que en muchas ocasiones, se sienten coartados en la expresión de esta energía, por las normas y usos de la sociedad adulta) de forma equilibrada y controlada, por una actitud mental llena de serenidad y respeto, inducidos por las mismas formas técnicas y por el “rei”.
Este “rei”, es una parte fundamental de la formación del aikidoka. Se trata de un concepto fundamental de las artes marciales tradicionales, que podríamos traducir como etiqueta o formas de actuar. Todo comportamiento, viene regido por toda una serie de formas destinadas a mostrar gratitud y respeto continuamente, por el entorno físico, por los compañeros, por el maestro o sensei, por la enseñanza recibida y por la tradición, origen de esta enseñanza.
Este rei hace posible el poder desarrollar un aprendizaje marcial en un entorno seguro, de respeto y gratitud en cada instante.
El origen de este “rei”, está en las formas de comportamiento de los guerreros samurai del Japón feudal, y que se trasladaron a todos los ámbitos de la sociedad japonesa a distintos niveles. Estas formas de comportamiento hacen de la sociedad japonesa (un ejemplo visible son los colegios), en una de las sociedades más respetuosas  y pacíficas que se conocen en la actualidad.
Todo lo expuesto y mucho más, hacen del aikido un camino de formación completo para el desarrollo del ser humano, tanto a nivel individual (unificación de mente, cuerpo y espíritu) como social, convirtiendo a los niñ@s y adultos en constructores y garantes de una sociedad pacífica y no sólo como receptores pasivos de la “paz” heredada de una sociedad de bienestar.
Luis Mochón

viernes, 19 de febrero de 2016

Superar el Complejo de Inferioridad

El complejo de inferioridad esta caracterizado por falta de autoestima y una sensación persistente de no estar a la altura de los demás.
Usualmente esta conectado con un defecto real o imaginario en la apariencia física, inteligencia, educación, estatus social o estatus económico.
Puede guiar a las personas que lo sufren a intentarlo compensar con logros difíciles o aislándose socialmente.
Aunque este complejo tenga en algunas personas el efecto de activarlos para conseguir cosas, esas consecuciones no llevan a sentirse mejor.

“Mientras que una persona no lo intenta porque se siente inferior, otra esta ocupada cometiendo errores y mejorando poco a poco".- Henry C.



Causas del complejo de inferioridad
Entender cuáles son sus causas te ayudará a superar un complejo de inferioridad.
La causa aparente suele ser que crees que eres inferior a alguien en un aspecto particular: eres calvo, no tienes dinero, tienes poca formación, eres blanco de piel, negro de piel, estas rellenito…
Sin embargo, la causa real no tiene que ver con eso y si con la percepción e interpretación que haces de la realidad y de las situaciones. Con un complejo de inferioridad te dirás a ti mismo frases como “no tienes talento” o “ellos son mejores”; es decir tendrás una voz interna que te sugiere pensamientos negativos y de la que probablemente no seas consciente.
También puede que en algún momento de tu pasado experimentases algún acontecimiento que te llevase a pensar que eres inadecuado o de poco valor. Algunos eventos podrían ser:
  • Jugar mal a un deporte practicado por tus compañeros.
  • Ser insultado por compañeros, profesores o padres.
  • Ser de una clase social más baja que tus compañeros.
  • Sentirse menos atractivo que tus amigos.
En general ocurren cuando hay algo diferente en ti que te hace sentirte inferior. Lo más importante es que esto solo ocurre si tú lo sientes como una desventaja.
El verdadero complejo de inferioridad ocurre cuando se cumplen estos dos puntos:
  • Siempre debes ser mejor que los demás.
  • Crees que eres peor que los demás: un sentimiento general de inadecuación que no esta basado en la realidad.

Diferencias entre saber que eres inferior y sentirse inferior

Antes que nada voy a tratar de diferenciar dos conceptos distintos: saber que uno es inferior a alguien en algún aspecto y sentirse inferior.
Saber que eres inferior no tiene ninguna connotación negativa y no te lleva al malestar. Yo puedo saber que soy menos atractivo que Brad Pitt, que tengo menos dinero que Amancio Ortega o que no ligo tanto como mi vecino, pero eso no me lleva a sentirme inferior y a tener un sentimiento negativo de poca adecuación.
Sería una locura pretender ser igual o mejor que alguien en todos los aspectos. Todos somos mejores en algo, peores, inferiores o superiores y simplemente lo tenemos que aceptar porque forma parte de la naturaleza del ser humano.
Esto no quiere decir que no intentes mejorar. Lo importante es que no te sientas mal y tengas un sentimiento de inadecuación y malestar.

Cómo superarlo

Debido a que el complejo de inferioridad se crea a partir de tus pensamientos, tendrás que superarlo a partir de ellos.
1) Acéptate física y personalmente
Es probable que tus sentimientos de inferioridad no estén relacionados con tus éxitos en cierta área de la vida o con tu estatus social o económico.
Se trata de un sentimiento que proviene de tu interpretación del mundo, de tus pensamientos y aunque intentes cambiar con el máximo esfuerzo el exterior, no te estarás ayudando.
Algunas personas se pasan su vida comprando y coleccionando cosas y aún así sufren de complejos. Cualquier esfuerzo para intentar mejorar personalmente, conseguir éxitos u objetivos, serán positivos en tu vida aunque con ellos no arreglarás un complejo de inferioridad.
Es por ello que es necesario que te aceptes tal y como eres. A partir de ello tratar de mejorar aunque aceptando siempre tu forma de ser y tus características y rasgos personales.
2) Se específico
Hay millones de personas en el mundo. Pregúntate a qué tipo de personas te sientes inferior. ¿Personas ricas? ¿Personas atractivas? ¿Personas inteligentes?
Ahora pregúntate exactamente a qué personas en particular te sientes inferior. Si esa persona se llama Juan Domingo, pregúntate: ¿Por qué me siento inferior a él? ¿En qué soy inferior a él?
Has pasado de ser inferior a ser inferior a una persona específica. Ahora reflexiona sobre los aspectos en que eres superior a esa persona. ¿Es tan inteligente como tú? ¿Tiene tu forma física? ¿Es tan amable como tú? ¿Tiene tu salud?
El objetivo de esto no es que te compares con los demás, sino que te des cuenta de que todos somos diferentes y que todos somos mejores y peores en algo.
3) Se consciente de tu voz crítica
Tu voz crítica es la responsable de los pensamientos negativos y frases que te dices como: “No me aceptan porque no soy atractivo”, “no soy inteligente”.
No trates de eliminar esos pensamientos porque conseguirás el efecto contrario (que aparezcan más). Más bien, acéptalos, cuestiónalos y trata de cambiarlos. Para ello, te recomiendo que practiques mindfulness y anotes en un diario tus pensamientos negativos frecuentes.
Asimismo, la voz crítica es la responsable de las etiquetas negativas que describen rasgos negativos como tonto, malo, feo, bajito…
También tendrás que trabajar para deshacerte de esas etiquetas, siendo consciente de ellas y estableciendo nuevas creencias sobre ti mismo. Las autoafirmaciones pueden funcionar aunque solo a corto plazo y si son acordes a tus creencias, es decir, es importante que trates las causas subyacentes al complejo de inferioridad.
4) No aceptes siempre la opinión de los demás
Es posible que la causa de tu complejo de inferioridad esté en tu pasado y por eso es bueno que reflexiones sobre el mismo. Es posible que alguien te insultase o te faltase el respeto cuando eras niño, adolescente o en la misma adultez.
A veces es necesario saber qué opiniones aceptar y cuáles no. Algunas personas tienen criterio y otras no.
¿Crees que tiene sentido creer que eres de poco valor por la opinión de alguien? ¿Qué autoridad tiene esa persona? Es más, las personas que insultan a los demás o los tratan sin respeto, suelen tener complejos y problemas psicológicos.
No es posible determinar el valor de nadie basado en la opinión de alguien, ni si quiera de un grupo amplio. Algunas de las personas que más han aportado a la humanidad como Gandhi, Mandela o el Dalái Lama, nunca hubieran insultado a nadie ni considerado a alguien inferior.
5) Construye tu autoestima
La autoestima y los sentimientos de inferioridad son incompatibles. 
Construir una autoestima positiva te ayudará siempre a ser feliz y promover tu bienestar.

jueves, 18 de febrero de 2016

Lloré hasta que conseguí que me apuntaran a kárate, tenía 4 años

Entrevista a la karateka y campeona de Europa Sandra Sánchez Jaime, galardonada en los premios de la Diputación de Toledo


Karateka desde muy pequeña, Sandra Sánchez Jaime (Talavera de la Reina, 1981) cuenta que siempre ha estado ligada al deporte. 2015 fue su gran año: medalla de oro en los I Juegos Europeos de Bakú (Azerbaiyán) y en los Juegos Iberoamericanos, además de campeona de Europa de Kárate. En total, el pasado año sumó doce medallas de oro en grandes competiciones, tres de plata y dos de bronce. Con mucho esfuerzo, Sandra también ha tenido tiempo para estudiar: terminó el módulo de técnico superior en actividades físicas y animación deportiva (Tafad), se licenció en Ciencias del Deporte y realizó un posgrado para especializarse en actividades físicas para personas «con capacidades diferentes». Además, comenzó su segunda carrera universitaria, enfermería, que dejó al terminar el segundo curso. El motivo fue que le surgió la oportunidad de irse a Dubái, uno de los siete emiratos que conforman los Emiratos Árabes Unidos. Sandra fue fichada por uno de los clubes que participan en la Karate 1 Premier League, la competición por equipos más importantes del mundo. A Dubái volverá el domingo, después de que Sandra recoja su premio en la XXIII Gala del Deporte de la Diputación de Toledo que se celebrará este sábado.
—¿Por qué es usted karateka?
—Porque quería seguir todo lo que hacía mi hermano, «Pakito», que era mi referente. Cuando le apuntaron a karate y a mí no lloré hasta conseguir que me apuntaran con él. ¡Solo tenía 4 años!
—¿Se acuerda de su primera medalla?
—Ufff, mi primera medalla en un campeonato de España fue con siete añitos, quedé segunda. Aunque realmente la primera medalla fue un pequeño trofeo en mi gimnasio con apenas cinco años.
—¿Por qué está en Dubái?
—El Al-Ahli Club de Dubái me fichó para competir y más adelante, al conocer el trabajo de mi entrenador y pareja, Jesús del Moral, nos ofrecieron la oportunidad de enseñar y entrenar allí.
—¿Es el karate uno de los hermanitos pobres del deporte español?
—En España por ahora es complicado. Todo lo que no sea fútbol o cualquier detalle de un futbolista no es noticia. Por suerte, en la Real Federación Española de Karate contamos con Ángeles Moya, la encargada de prensa, que se desvive por dar lugar a las noticias de karate. Y unos buenos resultados en las diversas categorías hacen que nos vayamos ganando un hueco poco a poco en los medios de comunicación.
—¿Qué aporta el karate que no dan otros deportes?
—Creo que el karate es de las disciplinas físicas y mentalmente más completas. Se aprende disciplina, tolerancia y respeto, nos ayuda a mantener la concentración en diversos momentos de nuestra vida y aporta también autoconfianza. No hay límite de edad para practicarlo, ya que el trabajo que hacemos de cuerpo y mente es positivo en cualquier etapa. Como ve, ¡no hay razón para no empezar!
—Con su palmarés, ¿puede usted comer con el karate? ¿Con qué otra actividad lo compagina?
—No es fácil. En España debía trabajar mis ocho horas y luego sacar otras cinco o seis más para los entrenamientos. Además de la dificultad de viajar y competir cuando tienes otro trabajo. Por suerte, yo he tenido la oportunidad de vivir del karate, compitiendo y trabajando para un club de Dubái. Mi trabajo allí es entrenar y mantener buenos resultados. También enseño a niños, lo que me ayuda a seguir aprendiendo y estar en contacto con los más pequeños.
—Este año no podremos verla bailando salsa en Río de Janeiro con alguna medalla colgada al cuello.
—Quizás esté bailando salsa desde casa animando al resto de deportistas. Estamos a un solo paso de que este deporte entre en las olimpiadas, pero sería para Tokio 2020. Solo nos falta la confirmación en Río.
fuente: ABC 

viernes, 12 de febrero de 2016

Aprende Karate mental

El karateka mental sabe muy bien que en los momentos que vivimos, es imprescindible abandonar las formas primarias, viscerales y agresivas que causan gran dolor a los demás y recuperar la empatía, la comprensión y la dulzura en las formas. Bien decía Platón: «Encuentra un espíritu que aúne la lucidez y la ternura y camina junto a él».

Aprende a olvidar las injurias, a despreciar las calumnias y a no dejarte dominar por la cólera, que es un tipo de demencia pasajera que te hace perder el control de ti mismo y te deja en manos de quien te hace encolerizar, de quien te desequilibra.

Aprende cada día, con la práctica del karate mental, que la conquista y el dominio de ti mismo son la mayor de las victorias y las que de verdad te permiten hacerte cargo de cualquier situación conflictiva y ejercer verdadero control sobre el contrario y sobre las circunstancias. Pero antes necesitas una profunda formación en sabiduría esencial, en inteligencia emocional y en habilidades para gestionar a las personas tóxicas y las situaciones problemáticas. Así que, aprende...

Bernabé Tierno

sábado, 6 de febrero de 2016

Los grados y diplomas

Los grados y diplomas han existido en todas las épocas, de una u otra forma, sirven para que el practicante pueda saber en que punto del camino se encuentra, ya sea en Karate o en cualquier otra disciplina. Son pues una ayuda pedagógica para el profesor y el propio alumno.

Los grados nacen como una necesidad de orden y de calificación.
En lo referente al orden -no debemos tomarlo en sentido jerárquico pues en cierto modo no son más que signos externos sin mayor trascendencia-, en cuanto a la calificación será una estimación propia de los grandes maestros que ya han recorrido el camino.

La buena o mala utilización de los grados y su repercusión
Vemos la utilización de los grados como señal de un progreso que viene de antiguo. Son patrones creados hace tiempo para efectuar comparaciones, sobresaliendo el que estos patrones queden anticuados y en realidad al tratar de ajustarse a ellos se cree un cierto tipo de frustración, e incluso un alejamiento del camino que en un principio se pretendía recorrer.

Conozco a practicantes de diferentes Artes Marciales que viven cierto disgusto por no haber conseguido, su grado DAN, algo que con tanta ilusión emprendieron.

A veces esto ocurre porque el aspirante se rinde ante las dificultades -trampas-, que se crean en ese espacio de tiempo de práctica y que no son debidas a las inherentes al arte que se practica, sino a la pereza, el tedio y la falta de autodisciplina.

Excusas para un día no asistir a clase hay muchas y de las más diversas, una lesión, una pequeña enfermedad, problemas laborales, económicos, falta de profesor, etc..., estos pequeños contratiempos no superados a tiempo actúan como algo negativo ante otros hechos más importantes y nos predispone al fracaso. Pero por el contrario si estas trampas o escollos naturales con los que hay que contar y que son inherentes a la vida misma son superados adaptándonos a ellos, tras un tiempo, semanas o años -depende del individuo- proporcionan SEGURIDAD, FORTALEZA y un bien entendido ORGULLO.

Shihan J. Babiloni

miércoles, 3 de febrero de 2016

«El karate me ha aportado disciplina y organización para mi vida privada»

Campeón de Euskadi junior de karate

Desde que entrara por primera vez al tatami con 8 años, ha emprendido una trayectoria al alza. Habitual de las citas más importantes tanto a nivel autonómico como nacional, Ibai Ortiz de Mendivil materializó su último gran éxito antes de finalizar 2015. El karateka del Fitness Gasteiz se proclamó campeón de Euskadi junior en pesos pesados en la modalidad de semi contacto. Por fin pudo derrotar a un viejo conocido que le estaba privando de cosechar mayores honores. Previamente había tomado parte por primera vez en el Campeonato de España celebrado en Albacete. Tras librar la ronda inicial por incomparecencia del rival, cayó eliminado en la segunda. Pese a este desliz regresó muy contento de tierras manchegas por la experiencia adquirida. «Me vi muy bien. Además, llegaba muy bien preparado. Un mes antes del torneo estuve concentrado con la selección vasca. Como no había contrincante en mi categoría y peso, me tuve que medir al campeón de Euskadi sub’21 de peso pesado y le vencí. Así que llegaba muy bien de forma», puntualiza el joven karateka.

Debido a las numerosas ausencias, los responsables de la Federación Vasca de Karate programaron un triangular para la categoría de +76 kg en el Campeonato de Euskadi desarrollado en Vitoria. El sorteo deparó que debía abrir hostilidades contra un karateka vizcaíno, su principal rival. «Nos conocíamos bastante ya que nos habíamos enfrentado anteriormente y siempre me ganaba por mucha diferencia, aunque competí mejor de lo que pensaba. Creía que sería más duro, pero le derroté por 3-1», apunta Ortiz de Mendivil. Ya solo le quedaba un paso para subir a lo más alto de podio. Apriori el título parecía más asequible. Enfrente, un ‘enemigo’ de casa. «Resultó todo lo contrario. Se me complicó bastante y casi siempre fui por detrás en el marcador. A falta de 10 segundos conseguí marcarle para poder igualar. Los jueces me dieron ganador a los puntos. En caso de haber perdido, habría sido subcampeón», apostilla.

Después de saborear el entorchado, el joven alavés atisba en el horizonte uno de los encuentros con mayor trascendencia en su calendario deportivo: el Campeonato de España de shinkyokushin. Además, ejercerá de anfitrión al celebrarse en Vitoria a principios de abril. Y con una meta clara: el oro. «Será la primera vez que compita sin protecciones por el cambio de categoría. A priori será complicado pero mi objetivo es proclamarme campeón de España. Conozco a a casi todos los rivales y eso me vendrá bien», subraya el joven kareteka que no se decanta por ninguna de las dos modalidades que practica. «Hasta hace poco me veía mejor en el de contacto, pero después del Campeonato de Euskadi me da lo mismo. No tengo preferencias».

Música cañera
La influencia de su hermano pequeño resultó clave para que se iniciara en el karate. Contaba solo con 8 años. «A Urtzi le gustaba y fue quien me metió el gusanillo. Desde el primer momento formamos parte del Fitness Gasteiz», recuerda. Pero la práctica deportiva se ha convertido en algo habitual para Ortiz de Mendivil. No solo se ejercita en el tatami, también cuenta con pasado entre canastas. «Jugué a baloncesto en Samaniego y Mendebaldea, pero lo he dejado por la cesta punta», matiza. Otra vez la figura de su hermano ha cobrado peso para la elección de otra especialidad. El uniforme también es blanco, pero ese último un poco mas ajustado. Uno con cinturón. El otro con gerriko. Ahora compaginan el karate con los frontones. «Le empezó a gustar y me lo comentó. Entramos juntos. Para el tiempo que llevo me manejo bien, pero si tengo que elegir alguna, me quedo con el karate», avanza.

Del arte marcial ha podido beber varios valores que le rodean. Incluso le ha servido para aplicarlo en los estudios. «Estoy en 1º de Bachiller y lo compagino bien. El karate me ha aportado disciplina, orden y organización. Entreno tres días en el gimnasio y dos en el frontón más el partido», indica Ortiz de Mendivil que mantiene el mismo ritual antes de cada combate y depende del rival apuesta por una determinada táctica. «Me concentro con música, a poder ser cañera. Me gusta escuchar temas de un grupo italiano, Talco. Y en cuanto a la planificación de los combates, algunas veces prefiero llevar la iniciativa. En cambio, según cómo sea el contrario, me quedo a la defensiva para luego contraatacar».
fuente: elcorreo.com
Respetar a todos y a las personas que no practican tu estilo y/o pertenecen o no a otra federación, es fundamental.
No se hace distinción de estilos, federaciones, organizaciones y asociaciones.
Nadie es tan perfecto para criticar a los demás.
David Vallejo (Budokan Sevilla Dojo) www.budokansevilla.com