Algunos observadores tratan de relacionar la fuerza notable manifestada por míticos maestros de karate, en algunas demostraciones, con diferentes factores esotéricos. Sin embargo, siguiendo principios científicos, podríamos indicar que se trata de la aplicación efectiva de los movimientos del cuerpo. Para conseguir esta efectividad se necesitan muchos años de aprendizaje, práctica y repetición sin fin. La correcta ejecución de las técnicas de karate se sustenta en la correcta comprensión de una serie de principios físicos y psicológicos. A continuación haremos una exposición de los más importantes.
Debemos tener en cuenta, básicamente, cuatro principios físicos (PF): el primero que se debe conocer es la Fuerza máxima: La fuerza máxima es directamente proporcional al grado de contracción y expansión musculares. Uno de los consejos que el Maestro Masutatsu Oyama daba a sus alumnos era “Cede y muellea”; éste es el principio del muelle: cuanto más se oprime más fuerza ejerce cuando se suelta. Así mismo, la fuerza se acumula en forma de velocidad, y al final del movimiento esta velocidad se convertirá en fuerza de impacto. En otras palabras Fuerza = masa x velocidad.
El segundo PF es la concentración de la fuerza: Una fuerza muy grande será poco efectiva si está dispersa, inversamente poca fuerza perfectamente concentrada puede ser muy efectiva. Cuanto mayor número de músculos se pongan en marcha mayor será la concentración de la fuerza conseguida, siempre que estos músculos se coordinen correctamente evitando que actúen los músculos antagónicos que generarán fuerza en el sentido opuesto. Es muy importante que el esfuerzo muscular se realice en el orden apropiado, los músculos de la región abdominal son poderosos pero lentos, mientras que las extremidades son rápidas pero débiles, primero se deberán poner en marcha los músculos del abdomen y caderas para transferir esta fuerza al punto de impacto.
El siguiente PF es la utilización de la fuerza de reacción: la tercera ley de Newton indica que en toda acción hay una reacción opuesta y de igual intensidad. Este principio es de gran aplicación en las técnicas de karate, por ejemplo al realizar un Oi-tsuki en zenkutzu-dachi; el pie retrasado ejerce una fuerza contra el suelo y la fuerza de reacción es transmitida a través del cuerpo y se añade a la fuerza del golpe.
El control de la respiración es uno de los PF más importantes que se deben tener en cuenta. La espiración ayuda a la contracción muscular mientras que la inhalación tiende a relajarlos. Otro consejo de Masutatsu Oyama: “El karateka ataca al exhalar. El hombre es vulnerable cuando inhala. Deje de dominar el control de la respiración y no podrá hacer nada en karate, excepto, tal vez algunos trucos hábiles”. Enumeraremos tres principios psicológicos (PP) que deberemos conocer, ya que el karate involucra el contacto directo entre dos o más personas, los factores psicológicos representan un factor muy importante:
Mizu no kokoro (Mente como agua), esta expresión es uno de los pilares de las enseñanzas de los antiguos maestros de karate. Se debe tener la mente tranquila como la superficie del agua. El agua serena refleja fielmente la imagen de todos los objetos que están al alcance de su campo de visión, el agua perturbada refleja las imágenes distorsionadas. Análogamente si mantenemos la mente como agua serena seremos capaces de comprender los movimientos del oponente rápida y correctamente.
Tsuki no kokoro (Mente como la luna), es necesario estar consciente constantemente de la totalidad del oponente y sus movimientos así como los rayos de la luna brillan por igual sobre todo lo que está dentro de su campo. Las nubes son comparables con los nervios o las distracciones.
Unidad de mente y voluntad, aún cuando seamos conscientes de los movimientos del compañero si no se tiene la voluntad de actuar no se conseguirá ninguna técnica efectiva. Si hacemos un símil con un teléfono, la voluntad es como la corriente eléctrica; no importa el nivel de sensibilidad del timbre si no hay corriente eléctrica el teléfono no sonará. Por último analizaremos los principios físico-psicológicos combinados que intervienen en la correcta ejecución del karate: kime (focalización), corresponde a la concentración de toda la energía, física y mental, del cuerpo durante un instante en un punto determinado. Sin la correcta aplicación del kime el karate puede convertirse en una forma de danza. Una técnica será ineficaz y se convertirá en un esfuerzo desperdiciado. Para analizar este concepto desgranaremos un Oi-Tsuki (golpe punzante) en zenkutzu-dachi (posición avanzada). El puño se lanza desde el costado al mismo tiempo que se enfoca la cadera en dirección al impacto, con intención de transmitir la fuerza de las caderas y tronco hacia el puño, aumentando equilibradamente su velocidad y potencia. Exhalando en el momento del impacto coexistiendo con una actitud mental de concentración de toda la fuerza física. Al aproximarse el puño al objetivo se incrementa su velocidad al máximo y en el instante del impacto se tensan todos los músculos del cuerpo. Como resultado la velocidad se transforma en potencia y la fuerza de todo el cuerpo se concentra durante un momento en el puño.
Hen-o (Respuesta), tal como hemos indicado antes, los fundamentos del karate se basan en la correcta compresión de los actos y movimientos del compañero y la adopción de las técnicas apropiadas en su respuesta, siendo estas dos fases simultáneas y reflejas. Esta característica la potencia la confianza del practicante en sí mismo, sabedor de que su cuerpo dirigido por su mente no tiene que pensar, sólo tiene que ‘hacer’, y realizará el movimiento correcto.
Pedro Hidalgo
Seimar Dojo
www.seimardojo.com
seimardojo@yahoo.es
Fotos: Pedro Justicia
No hay comentarios:
Publicar un comentario