Giselle Sánchez brilla en el kickboxing, el deporte en el que buscó «medios de defensa» contra el acoso | Sufrió abusos por ser una chica «especial» y ahora que admite con franqueza que es lesbiana presume de haberse coronado a nivel regional y nacional
Pero lo cierto es que de aquellos episodios que tantas lágrimas le hicieron derramar porque «yo soy un poco llorona» -quiere precisar- surgió una adulta precoz y una gran deportista. De hecho, hoy, que tiene quince años y que admite sin complejos su condición de «lesbiana» puede presumir de tener «las ideas muy claras».
- -Nombre
- Giselle Sánchez Poyato.
- -Fecha nacimiento y lugar
- 27/10/2001, en Granada.
- -Estatura/peso
- 1,70 metros /64 kilos.
- -Principales logros en junior-amateur
- Campeona de Andalucia de light contact y semi contact (2016, Huelva). Subcampeona de España de light contact y semi contact (2016, Sevilla). Campeona de Andalucia WKA de K1 (2017, Baza). Dos veces campeona de España de K1 en el torneo Rude Boys de WKA (2017, Madrid), donde participó en la categoría de -61 kilos como en las ocasiones anteriores.
Traumático suceso
Aparte de su atuendo, a Giselle le convertía en «diferente» que le gustara «el anime» -los dibujos animados japoneses-. Y eso terminó de hacerle «chocar» con una chica «con la que hubo cruce de denuncias», recuerda. Y con la que, para su desgracia, encima se reencontraría en el primero de los institutos a los que asistió tras haber sufrido no pocas humillaciones.
«Cuando la vi en la misma clase me puse un poco nerviosa. No me lo creía», señala quien así vería reproducidos los líos. Y no porque «entre ella y yo hubiera roces, ya que nos ignorábamos», sino porque fueron «sus amigas» quienes retomaron las degradaciones.
«Un día íbamos a hacer un baile en clase. Y nos dejaron de lado a mí y al único chico que se juntaba conmigo. Eso nos fastidió bastante. Y yo salté. En ese momento hubo roces. Me dijeron que como saliera a la calle me pegaban», recuerda quien así ya optó por volver a buscar la complicidad familiar para extremar las medidas. Se pasó al Mariana Pineda sin que «hubiese acabado siquiera el primer trimestre» y encima decidió buscar «nuevos medios de defensa».
«Seguridad y confianza»
«En el kickboxing he encontrado seguridad, confianza. Es un deporte que la gente piensa que es agresivo, pero eso es por desconocimiento. Es más, aprendemos a controlar la fuerza», reivindica quien ya no tuvo «ningún problema» desde que se animó a cruzar las puertas del gimnasio Dojo Armilla.
Un hecho del que pronto «se corrió la voz» y que sirvió como arma de disuasión frente a posibles agresores. Pero también, como punto de partida de una carrera que está sorprendiendo a propios y extraños. En el club del que forma parte «me hacen sentir muy bien, querida».
Y así ha encontrado el contexto ideal para poder desarrollarse en el plano personal y encumbrarse en el deportivo adjudicándose diversos torneos autonómicos y algún que otro nacional. Ha disparado las expectativas.
«Me gusta mucho el deporte, no descarto practicarlo algún día de manera profesional», apunta quien incluso ahora agradece «todo lo que me pasó» porque «sin ello no hubiera encontrado realmente lo que me gusta». Lo que es «parte de mi vida».
Sergio Yepes
En el hombre, el instinto de supervivencia heredado de nuestros antepasados, es lo que más condiciona su existencia. Podríamos afirmar también que en el transcurso de los años, el principio basado en el instinto de conservación se va incrementando, llegada a una etapa en la cual, el hombre demanda cierta seguridad para él y si se da el caso también para la familia que va a formar en el futuro.
Una vez superado el miedo y el pánico del hombre a la propia muerte, la principal causa del condicionamiento y que desencadena en otros temores y angustias y sufrimientos que limitan su existencia, se produce el devenir al nuevo entendimiento de la conciencia mutilada por el condicionamiento heredado. Una metamorfosis cerebral que regeneraría toda la estructura neurológica, y daría la posibilidad al hombre de poder disolver el instinto de supervivencia y la consecuencia que también derivaría de la misma, que serían la totalidad de los instintos naturales del hombre como la violencia, el sufrimiento, el dolor, etc etc..Esta metamorfosis del cerebro propone una nueva concepción y fenomenología de la vida, existencia y el sentido de la misma, que el hombre le otorga a su propio condicionamiento que lo revertiría en un medio, y no como en la actualidad en su fin.

