La luchadora, de 24 años, conquistó el último Mundial de Rusia en el estilo kyokushinkai
En cinco meses Rusia se convertirá en el epicentro del fútbol. Allí se celebrará el Mundial, la única gran cita que falta en el majestuoso historial de Leo Messi. El gigantesco país acogió hace tres semanas otro acontecimiento más modesto, pero también espectacular.
En Ekaterimburgo, la sede más oriental donde también rodará el balón, se reunieron las estrellas mundiales de kárate kyokushinkai. Allí se coronó Teona Gazdeliani, una joven georgiana nacionalizada española que conquistó la medalla de oro en la categoría de menos de 50 kilos. Un exitazo.
Infancia entre viajes
La historia de Teona cuadra a la perfección con el espíritu de superación, exigencia y sacrificio que representan las artes marciales, tan injustamente olvidadas en España. Nacida en Svaneti, en el norte de Georgia, "el País Vasco de España", como le gusta definirlo, tuvo una infancia movida, marcada por los continuos viajes y cambios de residencia. Estuvo hasta los 3 años en su pueblo, marchó después a la capital Tiflis, vivió una temporada en la vecina Rusia y volvió a sus orígenes antes de poner rumbo a España con solo 10 añitos.
Acompañada de su madre y su hermana, vino con 10 años a Catalunya, donde ya trabajaba su padre
Acompañada de su madre y su hermana, recayó en Santa Coloma de Gramenet, donde su padre llevaba ya dos años trabajando. Dejó los bailes tradicionales de su país, esas danzas que con tanto cariño recuerda, y empezó una nueva aventura.
El gimnasio Satori, su segunda casa
"Era una niña muy inquieta, mis padres querían que me desahogara de alguna manera, preguntaron y nos recomendaron el gimnasio Satori. Así empezó mi camino", recuerda 'Teo'. El consejo no pudo ser mejor. El centro colomense es una referencia del kárate kyokushin o kyokushinkai, un estilo en el que se compite solo con las manos, sin armas ni protecciones corporales.
Fundado en 1964 por el maestro Masutatsu Oyama, significa 'Escuela de la verdad' y cuenta con 20 millones de practicantes en 160 países. En Catalunya existen 50 clubs, con cerca de 5.000 fieles.
La campeona del mundo se entrena en el tatami del Dojo Satori, su club de siempre, donde pasa unas 15 horas semanales / JORDI COTRINA
Teona era de las más pequeñas del Satori cuando tuvo su primer contacto con el kárate. Allí encontró el mejor maestro posible, Jonathan Tineo, bicampeón del mundo y siete veces monarca de Europa. "Tengo recuerdos muy bonitos de mis inicios, aunque también fue duro. No hablaba ni una palabra de español, pero me acogieron de maravilla. Encontré en las artes marciales una segunda familia", cuenta la campeona, que está a punto de cumplir los 25 años.
Tineo, guía y referencia
La luchadora solo tiene buenas palabras para su guía. "Desde el principio estuve muy bien con el 'sensei'. Me hizo sentir muy cómoda. Disfrutaba con todo lo que veía y hacía en sus clases". Tineo es una referencia indiscutible en el mundo del kárate. Por ejemplo, organiza cada año un curso de tres días en Caldes d’Estrac de notable éxito. El pasado verano reunió a 160 alumnos de 17 países (Brasil, Chile, Canadá, Hungría, Inglaterra...).
"El kárate es mi vida. Sin él no soy nada, no podría vivir. Es mi día a día, el camino que he elegido para mi"
El contacto con la competición confirmó el valor de Teona. Ya no hubo marcha atrás. "Ese ambiente me enganchó para siempre". Su palmarés ya cuenta con tres europeos (el primero logrado en Alemania en el 2013) y dos mundiales.
El éxito de Ekaterimburgo es su mejor experiencia. Superó a una rival polaca en cuartos, una lituana en semifinales y a la japonesa Honami Ito en la final. "Fue una pasada en todos los sentidos, un ejemplo de organización y profesionalidad". El torneo tuvo una inversión de un millón de euros.
El reto de adelgazar cinco kilos
Al rememorar su triunfo 'Teo' se detiene en la preparación. Sus anteriores logros fueron en la categoría de menos de 55 kilos. En esta ocasión tuvo que adelgazar cinco para participar en menos de 50. "Fue durísimo. No comía tanto como necesitaba mi cuerpo y en los entrenamientos a veces no podía dar el 100%. Eso me agobiaba pero mereció la pena. Cuando llegué al campeonato y superé el control de peso me liberé y me dediqué solo a luchar y disfrutar".
"En Rusia el kárate es como el fútbol en España. Allí una estrella puede vivir perfectamente de su deporte, aquí faltan apoyos económicos. Nos merecemos un poquito de atención"
El principal problema del kárate en España es la falta de apoyos económicos. Mientras en Rusia, por ejemplo, una estrella puede vivir perfectamente de este deporte aquí es imposible. Los luchadores deben costearse los viajes, masajes, nutricionistas...
Tres horas diarias
"Allí el kárate es como aquí el fútbol. Nos merecemos un poquito de atención. Es un deporte con mucho sacrificio", remarca Teona, que entrena una media de tres horas diarias en época de competición. Solo descansa un día por semana. Los sábados y domingos no perdona.
"Gracias al kárate he vivido experiencias maravillosas. Me aporta disciplina, paciencia, el saber que tienes que sacrificarte para conseguir las cosas"
La campeona colecciona fans en Rusia y vuelve "de vez en cuando" a Georgia, pero es feliz en Santa Coloma. Allí conoció lo que más le gusta, el deporte que le ha llevado a la cima. Es feliz en el tatami. "El kárate es mi vida. Sin él no soy nada, no podría vivir. Es mi día a día, el camino que he elegido para mí".
Reflexiones con sentimiento
Sus reflexiones están cargadas de sentimiento y emoción. "Gracias al kárate he vivido experiencias maravillosas. Cada día aprendo más y más. Me aporta disciplina, paciencia, el saber que tienes que sacrificarte para conseguir las cosas. El kárate es mi segunda casa", concluye Teona.
Teona posa para EL PERIÓDICO con su medalla / JORDI COTRINA
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