Carlos Coello, el campeón del mundo de Muay Thai... que nació en Cádiz

Carlos Coello, tras proclamarse campeón del mundo por segunda vez, el pasado mes de diciembre
En 1989 Jean Claude VanDamme protagonizaba la película ‘Kickboxer’. Argumento al margen, el fondo de la historia versaba sobre la inmersión de un luchador occidental en el Muay Thai, arte marcial propio de Tailandia. Sí, era una película de acción. Sí, era una sucesión de combates extremos, pero también mostraba como el Muay Thai es parte de una filosofía milenaria, en la que el entrenador es también maestro y para ser maestro no basta dominar las técnicas de golpeo y defensa sino, en la línea de las enseñanzas del budismo, fundirse uno mismo con la sociedad y la naturaleza.
Al igual que a las películas de Bruce Lee, Steven Seagal, Jackie Chan o Chuck Norris, la crítica la propinó golpes más feroces que los que se veían en la pantalla. Pero al igual que las anteriores, fue un éxito de público y a un chaval de Cádiz, ya practicante de artes marciales, le animó nada menos que a irse a Tailandia para intentar hacerse nak muay -púgil-. De eso hace 10 años. Hoy, Carlos Coello Canales es en efecto nak muay. Y dos veces campeón del mundo.
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Por entonces tenía 18 años y, por supuesto, recuerda la sorpresa de sus padres… y también el apoyo que le dieron: “Sabían que si me lo había propuesto no habría forma de pararme. Un amigo y yo investigamos por internet cómo era aquello y nos fuimos al primer gimnasio que encontramos. Ya había practicado Muay Thai en Cádiz, pero queríamos ver las diferencias entre hacerlo aquí y allí. Me fascinó, porque, además de las reglas de puntuación, está también fundamentado en unos rituales que representan y transmiten los sentimientos de respeto, compañerismo y trabajo duro, de valorar lo que te han enseñado. No es sólo que un golpe de mano valga un punto y una pierna dos… Allí aparecimos, sin contactar con nadie. Y me enamoré del país y su cultura. Estuve unos meses entrenándome y conseguí pelear contra un tailandés. Gané a los puntos y desde ese momento mi objetivo fue volver y hacerme profesional”.
Porque el Muay Thai, en efecto, es parte del alma tailandesa, que a su vez es, no olvidemos, uno de los países más antiguos del mundo. Si la cultura como tal es más que milenaria, su organización como reino data de hace unos 800 años y nunca fue colonizado por Europa. Monjes y reyes han cuidado y protegido el Muay Thai y su evolución hasta su actual condición de deporte profesional con su propia liturgia, de tal forma que triunfar en él siendo extranjero no es sencillo: hay, antes, que ‘hacerse’ thai. Exigencias del Muay Thai son la cortesía, huir del cáracter violento, ser fiel a sí mismo y a los demás, ser perseverante, sacrificarse por el bien común, mantener siempre alta la moral, observar las reglas de competición, respetar la naturaleza… Antes de cada combate se realiza el wai kru ram muay, un ritual de respeto y gratitud al maestro, los padres, los antepasados y el deporte y el entorno en general.
“Llegué a Tailandia con 18 años, por supuesto sin hablar el idioma ni conocer a nadie”
Carlos Coello
Pero eso no significa que el Muay Thai sea un deporte “relajado”. En un hipotético ránking de 1 al 10 en dureza de deportes de combate y artes marciales mixtas, Carlos le da 9 sobre 10.Sus técnicas incluyen golpes con puños, codo, rodillas, patadas, barridos… Son combates a tres asaltos de cinco minutos, y si llegan al final se da ganador a quien ha infligido más daño visible. En cuanto al entrenamiento, corre un video en el que un sparring golpea a Carlos en el estómago para endurecer sus abdominales.

Dureza, exigencia e integración

Así, es inevitable preguntar a Carlos cómo entiende Tailandia a un extranjero que quiere triunfar en su deporte: “Depende de como te vean. Al principio pueden hacerlo como un turista que tiene dinero y el capricho de practicar Muay Thai allí. Pero cuando ya te ven más tiempo y que te integras -yo hablo ya el idioma-, entonces sí te respetan más. Son cada vez más los extranjeros en los ránkings importantes. Y nos hemos ganado el respeto de ellos”.
Pero allí… ¿se va a triunfar? Depende de lo que se entienda por triunfo. Cuando Carlos volvió de su primera experiencia thai, trabajó incesantemente para retornar: “Hace tres años ya pude firmar contrato con la promotora y el gimnasio en que estoy ahora. Así ya puedes ser profesional plenamente, porque al ser luchador de un gimnasio no tienes que pagar alojamiento ni manutención, y puedes guardar un poco de lo que ganas con los combates, porque tampoco el nivel económico de este deporte es desorbitado”. Sin embargo, el Muay Thai es en Tailandia “como el fútbol en España”. El seguimiento es constante. Además de las organizaciones internacionales, cuenta mucho el ránking particular de los grandes estadios de Muay Thai, el Lumpinee y el Rajadamnern.”En ellos se entiende que se practica el deporte más puro”. El nuevo objetivo de Carlos, además de sumar más títulos mundiales a los que ya posee, el WKN y el ISKA, es entrar por derecho en esos ránkings.
“Allí pueden ver al extranjero como turista con dinero y el capricho de pelear… te tienes que ganar su respeto”
Carlos Coello
En una temporada, Carlos puede llegar a disputar 15 combates. Como no tienen periodicidad fija, los púgiles están obligados a estar siempre a un 70% del máximo entrenamiento para poder forzar en las fechas previas al combate. Un entrenamiento, Carlos reconoce, “más duro que la competición. Siete horas de exigencia extrema, a diario…” En esos días difíciles le ayudó mucho, muy a su pesar, su madre: el maldito cáncer se la llevó y cumplir la promesa que le hizo de ser campeón del mundo le ha animado en muchas de esas madrugadas corriendo en la axfixiante humedad tropical. “Hay veces que estás exhausto, que el cuerpo no se encuentra bien, hay un físico muy duro, de mucho cardio…”
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Entre Cádiz y Rayong, donde reside ahora como luchador del gimnasio 7Muaythai, hay 10.677 kilómetros. Diez años después de haberlos recorrido por primera vez, un Carlos Coello Canales lleno de objetivos hace un balance “muy bueno. Esta temporada ha sido dura. Una lesión en la tibia apenas me ha dejado disputar cinco combates, pero he logrado ganar mi segundo mundial, cuando hace un tiempo era imposible pensar en eso. De hecho, yo ni siquiera sabía cuando empecé si iba a ser campeón de España. El 23 de febrero lucharé en Cádiz por otro mundial, con el apoyo del Cádiz CF y el Ayuntamiento. Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero estoy contento de ser popular en Cádiz. Por lo que he conseguido, el ser reconocido por las calles, a través de las redes sociales… Para mí recibir el apoyo de mi gente es muy especial”. Y, desde luego, Carlos Coello ha luchado duro por conseguir lo que tiene… y lo que queda.
  • Fernando M. Carreño

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David Vallejo (Budokan Sevilla Dojo) www.budokansevilla.com