martes, 24 de septiembre de 2019

Volver a practicar Karate

Son diversos los motivos que pueden alejarnos de la práctica del Karate-Do. Las presiones laborales, los compromisos u obligaciones familiares, el dinero, las lesiones y sus respectivos tiempos de recuperación, los problemas por horarios u obligaciones inesperadas, diferencias ideológicas con tu escuela, lugar de práctica o tu maestro, o simplemente la falta de incentivo, el combustible esencial para cualquier actividad, son algunas posibles causas que nos hace distanciarnos. Indistintamente cual fuera el motivo de nuestro distanciamiento, hay un factor común a la hora de retomar el entrenamiento, un factor importante que no hay que dejar de lado; y es el tiempo de inactividad.

Cuando se tiene la rutina de practicar Karate periódicamente y lo dejamos por algún motivo, hay que tener en cuenta que la facilidad -o dificultad- para retomarlo dependerá del plazo en el que se esté inactivo. Ya que hay muchos factores adyacentes que se pueden presentar que se incrementaran a medida que pase el tiempo:
Alimenticios, si durante el receso nos seguimos alimentando como si continuáramos la actividad, obviamente nuestro cuerpo no quemó la grasa corporal como cuando entrenábamos.

Sedentarios, si tu trabajo es de oficina, te lo pasas solo estudiando, estás todo el día en la computadora, con el móvil o viendo televisión y no realizaste actividad física alguna, tanto los músculos, las articulaciones y las posturas se habrán endurecido.

Deportivos, quizá en el tiempo que no hiciste Karate te dedicaste a realizar algún deporte o actividad física, ello te da ventajas de rendimiento, además de tener superados los puntos anteriores, pero dependiendo que actividad hayas realizado, pudiste haber modificado la fisionomía de tu cuerpo, endurecido musculatura que cuando realizabas Karate debía ser elástica, etc. No todos los deportes o actividades manejan el cuerpo de la misma manera; y otras son totalmente complementarias. Por ejemplo, si realizabas Rugby tu cuerpo estaba acostumbrado a quemar gran cantidad de grasas, tu musculatura creció y se endureció; y quizá hayas perdido elongación.

De edad, los años no vienen solos, dicen, tu cuerpo no es el mismo que cuando eras un niño, adolescente o siendo adulto, el tiempo de recuperación ante ejercicios duros lleva mas tiempo del que estábamos acostumbrados o recordábamos a medida que creces. Nuestra memoria puede estar intacta, tanto mental como corporal, pero la reacción será distinta.

Médicos, las lesiones o enfermedades dependerán del tratamiento y tiempo de recuperación, que pueden afectar, o no, la manera que debas encarar tu retorno al entrenamiento, con un adecuado seguimiento profesional.

Obviamente estos no son los únicos factores adyacentes que se presentarán con el tiempo de inactividad, ni de igual forma, a veces habrá una conjunción de varios factores, o ninguno. Asimismo estos NO serán limitantes en absoluto. La única limitación somos nosotros mismos.

Entonces, si llevan un tiempo sin entrenar y quieren volver a hacerlo, algunos consejos que ayudarán a hacer mas ameno el retorno:

Tras un período breve de inactividad.

Retoma poco a poco, pero sin miedo. El clima no acompañó, caíste en cama por enfermedad o decidiste dormir un poco de más.




A todos nos pasa. Recuerdale a tu cuerpo lo bien -y lo útil- que se puede sentir entrenando. En estas situaciones lo mejor es no complicarse: prueba salir listo de tu casa con el Karategi puesto a dar una vuelta por el barrio antes de entrar en el Dojo.

Lo más probable es que cuando entres en el Dojo, gracias a la memoria, se te retribuya el estímulo con buenas sensaciones. Si estamos hablando de una parada breve, lo más probable es que no estés en baja forma y te sientas fuerte tras correr entre 10 y 15 minutos. No esperes sentir el shot de endorfina que renueva las energías: ese estímulo se consigue tras correr durante más de 30 minutos -aunque, si te sientes con la suficiente energía, puedes ejercitarte el tiempo que consideres necesario, siempre y cuando no te esfuerces de más-.

No olvides prestar importancia al entrar en calor con movimientos de articulaciones y extremidades antes de correr o elongar. Tanto antes como después de la practica. Buscamos que este retorno no te deje parado de nuevo gracias a una contractura.

¿Los días se hicieron semanas? Busca compañía. Ir acompañado nos estimula y nos incentiva, hasta nos da un tema de conversación.


La inactividad te abrazó por un período más prolongado.

Digamos que fueron varios días o semanas sin ejercicio alguno. Aquí es fundamental que no aparezcan las dudas ni los titubeos: tienes que encontrar una razón para mantenerte activo. Si no tienes suerte, prueba buscando compañía. Cuando no sabes si realizar ejercicio o quedarte sentado, levanta el teléfono y recurrir a algún compañero es algo que debes considerar. ¿Por qué? La actividad física en conjunto motiva -entusiasma ver cómo otro realiza el mismo esfuerzo-; en el Dojo se desarrollan lazos -lo cual es muy importante para mantener arriba el ánimo-; y abre el espacio para cierta competencia sana -no contra el compañero, sino contra uno mismo para mejorar y verse en buen estado-.

En cuanto a la intensidad, puedes probar con una entrenamiento progresivo. Si no han pasado más de dos semanas desde la última vez que entrenaste es difícil que experimentes cansancio excesivo si sales a correr moderadamente.

Un mes o más sin transpirar una gota.




Este es el peor de los escenarios. No te sentiste con la confianza o la energía suficientes para retomar, y decidiste patear el compromiso hasta que vencieran todos los plazos. No te preocupes, sigue habiendo una segunda oportunidad.

En estas situaciones, también entra a jugar el estadio previo al período de inactividad. Por ejemplo, los atletas en buen estado físico pueden estar tres meses sin ejercitarse y perder únicamente la mitad de su capacidad aeróbica, mientras que los aficionados pueden perder toda su condición aeróbica tras dos meses sin actividad deportiva.

Aquí lo importante es tomárselo con calma y seguir todos los consejos, habla con tu Sensei para que tu progreso sea paulatino. El tipo y el período de reintegración va a depender de la condición previa al plazo de inactividad.

Si tienes una graduación avanzada, no tengas vergüenza de tus nuevas limitaciones, tu Sensei y tus compañeros lo entenderán, lo importante es que tu también lo entiendas, no trates de medirte con los que siguieron entrenando. En la vida todo lleva un proceso determinado por el tiempo y la constancia. La humildad se debe representar también en la práctica y con uno mismo; y así evitar terminar en cama por un esfuerzo inadecuado.



Por consiguiente, si elegiste una vez Karate y por distintas circunstancias lo abandonaste y quieres retomar pero tienes dudas, no lo pienses, ponte el Karategi y ve al Dojo, mira fotos viejas y experimenta nuevamente la alegría que te producía el entrenamiento, redescubre lo que te motivaba y vuelve a motivarte, reencuentrate con compañeros y amigos, sin esperar que estén en tu misma sintonía, no dependas de otro, el camino del Karate es personal y solo nosotros mismos conocemos nuestros límites, los beneficios a corto o largo plazo se verán reflejados y darán sus frutos en tu vida, abraza el Do… el camino no es fácil, pero que es fácil en esta vida…

Por Facundo H. Ortega

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David Vallejo (Budokan Sevilla Dojo) www.budokansevilla.com