El siguiente en la cronología es el karate, un arte marcial que surgió en las islas Ryukyu (actual Okinawa, Japón) durante los siglos XIV y XV. Este sistema de combate evolucionó como una respuesta a las prohibiciones de portar armas, adoptando influencias de las artes marciales chinas y adaptándolas al contexto cultural y militar japonés.
El karate se desarrolló como una fusión del sistema de lucha local conocido como te (mano) y los estilos de kung fu chinos introducidos por comerciantes y monjes. Con el tiempo, este arte marcial fue refinado en Okinawa y se enfocó en técnicas de golpes, patadas y bloqueos, priorizando la precisión y la velocidad.
El arte se popularizó en Japón continental durante el siglo XX, gracias al maestro Gichin Funakoshi, quien adaptó las técnicas y la filosofía del karate para convertirlo en una práctica marcial accesible y filosófica. Funakoshi promovió valores como la disciplina, la humildad y la autodisciplina, pilares esenciales tanto en la práctica marcial como en la vida diaria.
El nombre “karate” evolucionó para significar “mano vacía”, reflejando su enfoque sin armas y la conexión espiritual con el vacío y la pureza mental. Hoy, el karate es una disciplina olímpica y un sistema de combate que combina tradición, eficacia y filosofía.
Fuentes
Funakoshi, Gichin. Karate-Do: My Way of Life. Kodansha International, 1975.
Bishop, Mark. Okinawan Karate: Teachers, Styles and Secret Techniques. Tuttle Publishing, 1999.
Haines, Bruce. Karate’s History and Traditions. Tuttle Publishing, 1986.
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