En la cultura oriental (China, India y Japón) suele tenerse en un lugar de la casa o del Dojo un pequeño altar. Al altar se le suele conocer por tres nombres, a saber:
Kamiza (para los dojos) Kamidana o shinto (para los templos y casas). Su devoción se practica en las tres grandes religiones: Shintoismo, Budismo (Brahmanismo) y el Taoismo.La palabra kamiza significa estar sentado ante Dios, que puede referirse tanto a un Dios en particular de las religiones orientales como al Dios cristiano o a la fuerza del universo que reúne la energía del Ki o Chi.
Al comienzo de cada sesión de clase, se reúnen los practicantes de artes marciales y efectúan una pequeña meditación la cual, consiste en elevar una plegaria, por la cual los estudiantes y maestros reconocen los pensamientos más elevados desde la perspectiva moral y recuerda que el practicante de las artes marciales busca realizarse cada día más, en un verdadero ser humano que piensa y actúa correctamente con su corazón y con su mente.
Nadie es mejor que otro, el practicante vale por sus cualidades de ser humano y no por el dominio de las destrezas físicas.
El kamiza incluye: un espejo que representa el reflejo divino, la luz que brilla en el alma de cada ser humano; velas que recuerdan el elemento del fuego (vitalidad); agua (para limpiar las impurezas); planta verde (la vida) y arroz, sal y agua como los elementos básicos que sostienen la vida.
Nadie es mejor que otro, el practicante vale por sus cualidades de ser humano y no por el dominio de las destrezas físicas.
El kamiza incluye: un espejo que representa el reflejo divino, la luz que brilla en el alma de cada ser humano; velas que recuerdan el elemento del fuego (vitalidad); agua (para limpiar las impurezas); planta verde (la vida) y arroz, sal y agua como los elementos básicos que sostienen la vida.
El Kamiza nunca debe estar de cara al oeste o al norte. Las puertas del kamidana se abren al iniciar las ceremonias y se cierran cuando culmina la sesión de clase práctica en el dojo.
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