viernes, 16 de junio de 2023

LOS DEPORTES DE COMBATE DEBEN APRENDER A CONVIVIR CON LOS YOUTUBERS


Han pasado casi seis años desde que Floyd Mayweather Jnr se enfrentó al astro de la UFC Conor McGregor en una pelea de boxeo que aún hoy divide opiniones. La pelea en sí fue bastante terrible, con Mayweather aparentemente jugando con el inexperto McGregor para prolongar el evento hasta su conclusión.

La previa del combate estuvo llena de hype, pero la pelea en sí fue, como se esperaba, aburrida. Aun así, el dinero fluía a raudales, con algunos pagando hasta $100/€90 para ver la pelea desde casa.

Aquellos en el estadio pagarían miles de dólares para presenciar a los luchadores mal emparejados. Mientras algunos aficionados al boxeo encogían los hombros ante el espectáculo, otros se enfurecieron, afirmando que los contendientes habían hecho una burla de su deporte.

Sin embargo, Mayweather vs. McGregor no fue el primer combate entre disciplinas vendido de esta manera. En 1976, Muhammad Ali, quien en ese entonces era el indiscutible campeón mundial de peso pesado de boxeo, se enfrentó a Inoki, el legendario luchador japonés, en una pelea con reglas mixtas.

Fue vista por aproximadamente 1.4 mil millones de personas en todo el mundo y, al igual que el enfrentamiento entre Mayweather y McGregor, la gente pagó una fortuna para presenciarla en el estadio. La pelea fue algo ridícula, terminando como un empate controvertido (para permitir que ambos hombres salvaran la cara). Pero la ira y las consecuencias fueron mucho mayores que las del espectáculo Mayweather vs. McGregor.

SE GENERARON 600 MILLONES DE DÓLARES POR MCGREGOR VS MAYWEATHER

La cuestión que se plantea es que siempre ha existido un apetito entre los seguidores casuales por este tipo de combates entre celebridades, incluso si el sentido común nos indica que la calidad del enfrentamiento en sí será lamentable.

La personalidad es la clave para vender estas peleas, y figuras como Ali, McGregor, Inoki y Mayweather la poseen en abundancia. Estos combates generan un enorme interés en los medios de comunicación y en las redes sociales, atrayendo tanto a aficionados ocasionales como a personas ajenas al mundo del boxeo.

En el caso de Mayweather vs. McGregor, se llegaron a invertir alrededor de 80 millones de euros en los mercados de apuestas boxeo, una suma descomunal que evidencia hasta qué punto capturó la atención este enfrentamiento.

Hoy en día, por supuesto, cuando pensamos en combates de boxeo protagonizados por famosos, se nos viene a la mente los YouTubers. Personalidades como Jake y Logan Paul, así como KSI.

Durante los últimos cinco años, hemos presenciado cómo cada vez más de estas figuras de las redes sociales se adentran en los cuadriláteros de boxeo y en las artes marciales mixtas. De hecho, alrededor de un millón de personas adquirieron el paquete de pago por visión para el enfrentamiento entre Floyd Mayweather y Logan Paul en 2021.

La pelea fue una exhibición y, una vez más, causó indignación entre los puristas del boxeo, pero resultaba evidente su capacidad para atraer a los seguidores casuales. Desde entonces, Logan Paul ha incursionado en la lucha libre de la WWE, mientras que su hermano Jake ha disputado siete combates, ganando seis de ellos.

EL TALENTO OCULTO DE LOS YOUTUBERS: MAESTROS EN EL ARTE DE VENDER PELEAS

Existe una correlación directa entre las súper peleas de Mayweather y McGregor y el surgimiento de los YouTubers famosos de hoy en día. No en cuanto a la mecánica de los combates ni al prestigio, sino en cuanto a la comprensión del marketing de los deportes de combate.

Como dijimos, la personalidad vende. El tipo de exposición y la expectativa generada por estos influencers en las redes sociales solo se podría soñar para los promotores del boxeo profesional y las MMA. Ellos saben cómo vender las peleas al público, aunque quizás no sean tan talentosos sobre el ring.

Parte de la indignación hacia los YouTubers ha comenzado a disminuir. Se percibe que existe una aceptación entre los seguidores tradicionales del boxeo y las MMA de que esto es parte de la nueva realidad.

Hay dinero que se puede ganar siguiendo a estos influencers. Jake Paul, por ejemplo, acaba de firmar un contrato con la Professional Fighters League (PFL), donde peleará dos veces este año. Según los términos del contrato de la PFL, los luchadores recibirán el 50% de los ingresos, en comparación con el aproximadamente 20% ofrecido por la UFC. Podría tener sentido que otros profesionales se unan a Jake Paul.

Vivimos en una era en la que el contenido de boxeo y MMA es más accesible que nunca. Cada semana se pueden ver potencialmente cientos de eventos de todo el mundo. Pero los YouTubers van a formar parte del mundo de los deportes de combate, te guste o no. Los fanáticos de las peleas deben reconciliarse con eso, entendiendo que el dinero y el interés que genera lo convierten en un producto demasiado bueno para ignorarlo.

Fuente: redacción space boxing

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David Vallejo (Budokan Sevilla Dojo) www.budokansevilla.com