Un matón saca un arma y, con un giro de muñeca, el atacante gira en el aire y aterriza con un ruido sordo. Los cuerpos vuelan a través de las ventanas, los brazos se rompen gráficamente con un «chasquido» desconcertante, y no importa con qué se acerque un atacante a nuestro héroe, quedan aplastados en un abrir y cerrar de ojos. Eso fue rápido. Fue emocionante. Fue el tour de force de acción de los años 80, por encima de la ley.
En 1988, estaba trabajando en una tienda de videos. Nuestra tienda recibió algunas copias de una nueva película llamada Por encima de la ley con un póster de un tipo que nunca había visto antes con ojos de acero y empuñando un arma. Parecía que sería otra película de acción genérica de los 80, pero hombre, me equivoqué.
Después de ver la película volar del estante tan rápido como llegó, decidí echarle un vistazo. Como fanático de Chuck Norris, lo primero que noté fue que se trataba de un arte marcial muy diferente. No se parecía a nada que hubiera visto antes. ¿Y quién era este tipo que lo protagonizaba? ¿Quién era este Steven Seagal? Nunca lo había visto ni siquiera como un actor secundario en ninguna otra película y no se veía como el héroe de acción convencional. Durante ese tiempo, las estrellas musculosas dominaban la taquilla. El tono de la película era oscuro. La acción fue rápida. Tuve que seguir ejecutándolo. ¿Qué diablos está haciendo? ¿Es control mental?
Aikido
En la escena de apertura , Nico (Steven Seagal) está dando una clase de Aikido. Fue una buena manera de establecer la historia, presentar al personaje y presentar a la audiencia el arte marcial que pronto verían aplicado fuera del dojo y en la calle. También ayudó a diferenciar el aikido de los estilos de kárate y kung fu, al mostrar, en lugar de explicar, la filosofía.
Mientras Nico imparte la clase, lo vemos demostrar su característico derribo de tendedero (Iriminage) contra una variedad de ataques. Nico controla a su oponente varias veces con un golpe audible. La narración en off proporciona la historia de fondo, mientras que un randori brutal contra múltiples oponentes se muestra en cámara lenta para ayudar a establecer la utilidad del arte. Estaba convencido tanto de la nueva estrella como del arte marcial, y estaba en menos de diez minutos.
Por encima de la ley
En los años 80, el cine de acción se había convertido en un elemento básico de la década. Stallone y Schwarzenegger los estaban produciendo rápido y furiosamente. Sin embargo, las películas también se estaban volviendo bastante tontas. Bíceps gigantes, pistolas gigantes, explosiones cada vez más grandes y apartes de una sola línea que estaban cobrando vida propia, eran comunes en 1988. Había llegado el momento de que algo diferente se deslizara hacia un espacio menos grandilocuente.
Por encima de la ley está protagonizada por el ya mencionado Steven Seagal como el policía de Chicago, Nico Toscani. Una vez oficial de inteligencia, y todavía un rudo de las artes marciales, Toscani ve que sus años en la CIA vuelven para atormentarlo mientras lucha contra viejos rivales y nuevos villanos que trafican con drogas y más. Sin embargo, pronto se encuentran cara a cara con su ajuste de cuentas en la forma de Nico de Steven Seagal, quien declara: «Ustedes piensan que están por encima de la ley, bueno, no están por encima de la mía».
Aunque el protagonista de la película no era muy conocido, el gran reparto secundario, formado por caras nuevas y actores consagrados, fue fundamental en las escenas en las que nadie sale volando por una ventana. Above the Law presenta a Sharon Stone como Sara, la esposa de Nico, en uno de sus primeros papeles cinematográficos. En una elección inspirada, la compañera de Nico es interpretada por la legendaria Pam Grier. Y en el casting para escribir, el villano Zagon fue interpretado por el veterano de la pantalla Henry Silva. Dirigiéndolo todo estuvo Andrew Davis, quien no era ajeno a las películas de acción de artes marciales, ya que anteriormente dirigió a Chuck Norris en Code of Silence (1985) . Seagal se reuniría con Davis en 1992 para el clásico del cine de acción Under Siege (1992).Tener el control de una película suele ser algo a lo que aspiran la mayoría de los actores, pero desde el principio, Seagal tuvo una gran influencia en la película, ya que se le acredita como uno de los productores de la película, además de contribuir a la historia y como en el Aikido, coreógrafo.
Entra Steven Seagal
Steven Seagal parecía haber aparecido de la nada como una estrella de acción completamente formada. Había dado con una fórmula que les daba a los cinéfilos un héroe que era diferente y una acción de artes marciales que era emocionante y, sin embargo, carecía de patadas voladoras, puñetazos con salto o florituras gimnásticas. Por encima de la ley se convirtió en la plantilla para muchas de las películas que vinieron después, y los fanáticos llegaron a saber qué esperar de una película de Steven Seagal, incluso hasta el título de tres palabras. Las películas Hard to Kill (1990), Marked for Death (1990) y Out for Justice (1991) por lo general, presentaba al personaje de Seagal asumiendo la corrupción y / o vengándose en piezas de acción perversamente únicas que mostraban su destreza en las artes marciales. Las escenas de lucha en las que Seagal derrotaba a sus atacantes con movimientos rápidos y decisivos, a menudo enviándolos contra objetos como espejos, paredes y muebles contemporáneos, eran lo que los fanáticos venían a ver.
En el canon de las grandes películas de artes marciales, Above the Law ocupa un lugar único y ayudó a revitalizar el género. El éxito de la película pareció marcar el comienzo de una nueva cosecha de artistas marciales convertidos en actores, pero la mayoría no tuvo tanto éxito como Seagal, quien eventualmente pasaría a dirigir y protagonizar la advertencia ambiental cinematográfica, On Deadly Ground en 1994.
En una tarde fría de 1990, cuando vivía en Hollywood, California, y toda una vida lejos del empleo de una tienda de videos, fui al histórico Teatro Chino, a la vuelta de la esquina de mi apartamento en miniatura deficiente. Ir al teatro era una extravagancia inusual, pero me sentí obligado a ir. Se estaba reproduciendo la nueva película de Steven Seagal. Me acomodé en mi asiento. Cuando las luces se atenuaron, los aullidos y los gritos brotaron de la audiencia, mientras observábamos a Seagal escabullirse por un callejón empapado por la lluvia. El título Difícil de matar apareció en la pantalla.
N. Plaugher
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