Entrevista a Pedro Fattore, 8º Dan, un hombre del Karate

Pedro Fattore
A los 58 años y con 45 de trayectoria, disfruta de su 8º dan transmitiendo las grandes enseñanzas que sus maestros le han inculcado.
El estilo que practica es Renshukan afiliada a la Kyudokan Rengokai de Okinawa, Japón, su director es el sensei Minoru Higa.
Una vida llena de logros y de reconocimientos: 8 veces campeón nacional, 3 veces campeón de la copa Jintazu Higa realizadas en San Francisco Córdoba y subcampeón sudamericano. El torneo más importante que ganó fue la competencia de Campeones en el Luna Park en 1985 organizado por la revista "judo karate" en donde participaron integrantes de todas las artes marciales. Tuvieron participación en muchas exhibiciones, pero las más importantes fueron siempre en el jardín japonés, el Sensei Pedro Fattore se siente como si practicara en Okinawa, tuvo la fortuna de viajar 11 veces a esa isla paradisíaca y este año volverá con un grupo de alumnos para competir en el mundial que se organiza en agosto. Pequeño recorrido de su vida dedicada al arte marcial que eligió para el resto de su vida.

-¿Cómo fueron tus inicios en el Karate?
Comencé a los 13 años.

-¿Por qué elegiste Karate habiendo tantas disciplinas marciales?
Elegí karate por un amigo (Victorio) que practicaba judo y fui a ver una clase y mientras lo esperaba, empezaba una de karate y al ver la clase me gustó más y decidí empezar a practicar karate.

-¿Qué maestros te fueron marcando a lo largo de tu trayectoria?
Comencé en el Instituto Kumasawa con el maestro Kurata que hoy es sensei de aikido, luego con Miyazawa, después hice taekwondo. Por ese entonces conocí a Sekihara Sensei de Shotokan que luego se fue a Japón y lo reemplaza Oscar Higa que era 1º kyu de Shotokan y cuando se gradúa de 1ºdan pasamos a practicar el estilo Matsubayashi a las órdenes de su padre Jintazu Higa. Después de tiempo llega el sensei Shiguehide Akamine de Okinawa que hoy en día tenemos una muy buena relación de amistad. Por un problema familiar se separan y pasamos al estilo kyudokan donde lo dirigía el sensei Yuchoku Higa. Después por unos problemas de organización renunció y viajó por primera vez a Okinawa y conozco a Yuchoku Higa y me gradúa de 6º dan y dependía del sensei Isamu Arakaki, pasando al estilo Kodokan. Tuvimos problemas porque era una persona muy ambiciosa y comerciante y por ese motivo renuncié teniendo registrado el nombre Kodokan en Argentina. Vuelvo a Okinawa y tengo una reunión con Minoru Higa y le propongo que yo tenía un gimnasio llamado Renshukan y le ofrezco federarlo en Okinawa en la Kyudokan Rengokai. Entonces se hizo una reunión y la mayoría votaron en mi favor y nace la escuela Renshukan. He pasado por muchos maestros y de todos destaco las enseñanzas.

-¿Tienes alguna anécdota que haya sido fundamental a lo largo de todos estos años?
Tengo muchas pero la más graciosa fue que cuando empecé karate era muy vergonzoso y tímido. Compré el karategui, pagué la cuota del Dojo y las tres veces por semana me sentaba en el banco y miraba la clase y por tímido no practicaba hasta que un día llegó un practicante y me dijo: “te veo siempre sentado cuando vas a practicar” y por vergüenza le dije: ”hoy comienzo” y así empecé a practicar. Siempre me pregunto si no seria por ese alumno, hoy estaría sentado todavía.

-¿Cuándo comenzaste a enseñar karate?
Comencé cuando era cinturón azul en un gimnasio de Lavallol y remplazaba al sensei Oscar Higa y en mayo de 1979 empezamos junto al Sensei Benito Higa a enseñar en el club River Plate y en mayo de este año se cumplen 30 años de karate en River.

-¿Cómo eres como Sensei?
Esa pregunta la tienen que contestar mis alumnos pero me considero muy “enrollado” tendría que tener más disciplina pero así soy y por suerte empezaron como alumnos y hoy son mis amigos.

-¿Qué les inculcas a tus alumnos?
Que sean buenas personas en la vida, buenos practicantes y buenos competidores los que compiten.

-¿Cómo te consideras como karateka?
Esa es otra pregunta que las tendrían que contestar mis colegas yo me considero un karateka regular y con mucha suerte por la carrera que hice a lo largo de mi vida.

Por último, ¿qué significa el Karate en tu vida?
El Karate-Do es mi vida. Eso se los debo a mis padres, a mi esposa Josefina que por mis viajes, por dar clases o torneos estuvo siempre sola con mis hijos, les estoy muy agradecido a ella y a mis hijos, si no, no hubiera podido hacer todo lo que hice en el Karate, de corazón muchas gracias a todos ellos.
fuente: Sergio Miyagi (Periodista) 

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David Vallejo (Budokan Sevilla Dojo) www.budokansevilla.com