Perenne. Inmortal. Así es Peter 'El Leñador holandés' Aerts. Una de las grandes figuras del Kickboxing a nivel internacional que, a sus 40 años de edad, puede presumir de seguir en la elite después de 26 años en activo en los que ha conseguido tres títulos mundiales de K-1 (modalidad que combina técnicas que provienen de diversos deportes y artes marciales como Muay Thai, Karate, Taekwondo, Kickboxing, Savate o Boxeo) con un récord de 102 victorias, 77 por knock out, de un total de 131 combates.
Este coloso del sur de los Países Bajos -mide 1,92 metros de altura y pesa más de 100 kilos- visitó ayer el gimnasio Budoka, en el centro de Ibiza, donde impartió una clase magistral y departió con una decena de jóvenes practicantes de un deporte que gana adeptos en la Isla.
Aerts, que competirá dentro de un mes en un prestigioso torneo de K-1 en Japón, se puso en contacto con los responsables del gimnasio ibicenco para aprovechar su estancia vacacional en la Isla. Y vaya si lo hizo. Desde la misma recepción del club podían percibirse los golpes y rugidos del 'Leñador'. Una de sus poderosas high kicks (patadas altas) derribó el saco al descolgar el enganche que lo sujeta al techo. Tras ser reubicado, prosiguió con su recital de impactos.
Después de 15 minutos le llegó el turno a los aprendices del Budoka. Los canteranos, que habían quedado deslumbrados por la talla y la técnica del campeón holandés, tuvieron la oportunidad de entrenar junto a él; de recibir sus consejos e, incluso, de asestarle algún golpe aunque fuera marcando. Todo un placer que supieron agradecer tanto los alumnos como los rectores del club, con el delegado Joan Roig a la cabeza.
Peter Aerts atendió sonriente a los medios para explicar que se encuentra de vacaciones en Ibiza junto a su mujer e hijos y que necesitaba entrenar para el campeonato que disputará el próximo mes. Sobre cuáles son las claves para llegar a lo más alto en este deporte, destacó que «en Holanda hay mucha afición y muy buenos gimnasios; fue el primer país en ganar a Tailandia», la cuna de este deporte. «Lo más importante es la cabeza», apostilló Aerts, quien recordó que su apodo proviene de un combate frente al campeón británico Mark Rusell, en 1991. Este, tras perder, le dijo que cortaba a sus adversarios 'al tamaño preciso' y que los derriba 'como hace un leñador con los árboles'. Además, el padre de Peter tenía este noble oficio, precisamente.
A sus 40 años, el tres veces campeón del mundo de K-1 reconoce que «cada año» se plantea la retirada, pero su «amor» por este deporte le mantiene en la élite. «Si pierdo en diciembre o cuando me maten, lo dejaré», aseveró.
Asimismo, agradeció que Ibiza tenga una emergente cantera de este arte marcial, sobre todo «para poder entrenar cuando esté en la Isla», agregó. Por último, admitió que sus hijos practican este arte marcial, aunque no desea que lleguen al profesionalismo. «Es bueno para que sepan defenderse, pero no para luchar. El baloncesto, el tenis... Cualquier otro deporte sería mejor», concluyó esta leyenda viva del kickboxing. Joan Roig: «Los chavales han entrenado con un mito»
El delegado de kickboxing en Ibiza, Joan Roig, explicó la llegada del holandés al gimnasio Budoka. «A nosotros nos conocía Marc, un contacto suyo en la Isla, y me llamó para ver si podía venir. Lo que pretendía era moverse un poquito y calentar de cara al campeonato. Le dije que sí, pero que no había sparring para él. Ha invitado a los niños a entrenar, no se mueve en el mundo del negocio y eso es maravilloso. Los chavales ya tienen experiencia con un campeonísimo, con un mito».
fuente: ultima hora
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