La conciencia es un mecanismo de percepción. Este mecanismo puede expresarse en múltiples formas, en varios niveles de comprensión y comportamiento. Los budistas definieron claramente diferentes estados en su elaborada descripción de la jornada del alma más allá de la vida. Tales estados corresponden a los tipos de naturaleza humana y maximizan características destacadas: rabia, envidia, apatía, orgullo y piedad.
La verdad es que la conciencia puede ser intelectual u orientada por la sensación, puede ser emocionalmente habituada o psíquicamente cognitiva, puede incluso ser espiritualmente ajustada y en línea con las fuerzas cósmicas. Puede resultar de cualquier combinación.
El proceso normal de la conciencia es expandirse e intensificarse. Ello puede ocurrir con independencia de nuestra cooperación.
Sin nuestra cooperación, hay dolor y sufrimiento.
Es necesario atender a la verdadera razón por la que estamos aquí y no crearnos subterfugios para encontrar la paz en el esfuerzo ajeno, ya que así no vamos más allá en nuestra razón de existencia y nos hacemos hostiles ociosos por la ausencia de esfuerzo.
Así siendo ¡no hay necesidad de buscar una doctrina, ya que ella existirá dentro de nosotros!
fuente: Budo International
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