Sólo hay una forma de hacerlo: dedicándote por completo. Haz un corte transversal en tu vida y examínala. Hay dos tipos de cosas: las útiles y las inútiles. Abandona todo lo superfluo y quédate con lo importante. Examina lo importante. Elige ahora lo realmente importante. Será evidente que debes dedicarte a una tarea en particulár. Para ello, reúne tus ejércitos, respira hondo y salta.
Concéntrate en tu objetivo y nunca lo pierdas de vista. Sumérgete en lo que tienes que hacer y dedícate con disciplina guerrera a ello.
Trabaja día y noche, con tesón y voluntad inquebrantable. Descansa lo necesario, reposa unos instantes y sigue adelante. No descuides, sin embargo, tu vida. Debes dormir bien y comer sanamente para seguir adelante.
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