El club OKSI de kyokushin karate trabaja con muchos niños que proceden de familias con pocos recursos
Ferrán Gandía con Nicolás Hernández, integrante de OKSI. Foto: LORENA PORTERO |
Ferrán Gandía, guardia civil y practicante de kyokushin karate, original de Alzira (Valencia), llegó a Ibiza hace poco más de dos años debido a un cambio de destino en su trabajo. En la isla comenzó a colaborar voluntariamente en Cáritas. Esta participación activa dentro de la ONG le motivó a pensar en alguna manera de poder ayudar todavía más a muchos de los chavales que pasaban por allí. Gandía consideraba que estos chicos necesitaban poder acceder a alguna actividad extraescolar y dada su implicación en el mundo del kyokushin desde que era un niño, se le ocurrió proponer a la organización llevar a cabo un proyecto en el que los chicos, con pocos recursos económicos, pudieran realizar clases de esta modalidad de karate, hasta ese momento inexistente en la isla.
La ONG accedió a subvencionar parte de los gastos que suponía la mensualidad de los niños para la práctica de este deporte, ayuda que alentó al alicantino a fundar el club en Sant Antoni, el OKSI.
Los inicios del club (en septiembre hará dos años de su creación) «fueron todo un éxito», según comenta Ferrán. «Conseguimos que un grupo de más de 30 niños de entre 7 y 14 años pudieran practicar esta actividad, gracias a la ayuda de Cáritas», añade. «El Ayuntamiento de Sant Antoni también ha colaborado en que este club pueda seguir adelante. Hacemos exhibiciones en navidades y en la fiesta de Sant Antoni del 17 de enero, no nos pagan nada, pero es cierto que luego realizan un donativo al club», explica Gandía.
En la actualidad, el club cuenta con un grupo de entre 15 y 17 alumnos que proceden de familias con pocos recursos, a los que solo se les cobra la mitad de la mensualidad. Algunos de ellos han participado en campeonatos que tienen lugar en la Península, pero lamentablemente, tal y como indica Gandía, «el coste de estos viajes (de una media de 200 euros) tiene que correr a cargo del club o de subvenciones y en crisis está resultando complicado encontrar un sponsor que nos financie los costes de los viajes, o algo tan básico como la equipación de los chicos, que a día de hoy solo tienen chándal los que han salido fuera a competir».
En noviembre tendrá lugar un campeonato en Barcelona, al que no podrá acudir ninguno de los chavales que se encuentra en esta situación especial porque el club no tiene dinero suficiente para poder asumir los costes. No obstante, el alicantino seguirá trasladando a sus alumnos tres valores que considera esenciales: «Disciplina, humildad y buen comportamiento».
fuente: diariodeibiza.es
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