LA VELOCIDAD EN EL KARATE

Punto importante para la eficacia de una técnica de Karate es la velocidad, en cualquiera de las tres formas -y las tres- que vamos a diferenciar:

-Existe primero una velocidad de reacción mental, desde que vemos o recibimos un estímulo, una situación o un ataque hasta que decidimos nuestra respuesta más adecuada.

-Una segunda fórmula de velocidad, desde que, decidida ya nuestra respuesta, ordenamos a los músculos implicados que lleven a cabo.

-La tercera fase, la más conocida, es la relación existente entre el espacio que recorre físicamente una técnica o movimiento, desde que se inicia hasta que llega a su objetivo. Aunque es la más tenida en cuenta cuando hablamos de velocidad, por sí sola no conlleva gran eficacia si hasta el inicio de una técnica nuestra mente trabaja despacio. Por tanto, es la unión de las tres fases la que hará que desde la recepción de un estímulo hasta la llegada de la respuesta, el tiempo sea el mínimo posible.

Las dos primeras formas o fases dependen de la mente, por lo que se desarrollarán con la consecución de la que llamamos mente libre, vacía o limpia, permitiendo la reacción instantánea y adecuada ante cualquier estímulo, al encontrarse dispuesta y reflexiva y no bloqueada con pensamientos en determinados momentos.

La tercera forma de velocidad, la física depende ya del cuerpo y es muy importante por varios motivos:

-Está claro que al hacer la técnica en el mínimo tiempo posible, el contrario se verá más sorprendido, no teniendo apenas tiempo para una correcta reacción. Si el contrario ve o sabe ya cómo va nuestra técnica, con una oportuna velocidad por nuestra parte podremos, a pesar de ello, impedir que nos sea bloqueada si somos más rápidos que él.

-Por otra parte, hay que tener en cuenta que la velocidad genera potencia, lo que significa un motivo más a favor de esta cualidad.

-La búsqueda de la velocidad puede acarrear, a veces, algunos problemas, por ello debemos evitar realizar demasiados ejercicios de velocidad en una misma sesión o cuando estemos cansados, ya que el aumento de acidez que existe en la sangre provoca una irritación del sistema nervioso y una descoordinación. El rompimiento de fibras también existe en estos casos. Este tipo de ejercicios se realiza con deuda de oxígeno, por lo que se deben hacer guardando las pautas correspondientes necesarias.

David Vallejo

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