José Antonio Gázquez entrena desde hace meses en un gimnasio de Cuevas (Almería) la nueva 'savia' de este arte marcial
En los bajos de un edificio de pisos en Cuevas del Almanzora seis o siete chiquillos, depende del día y de los catarros, entrenan bajo la supervisión de José Antonio Gázquez. En una de las salas del gimnasio Almanzora, un campeón del mundo y otro en vías de serlo, lanzan sus brazos y piernas contra un saco colgante. Un chavalín de melena larga que apenas levanta metro y medio de estatura, nacido en Águilas y criado en Cuevas, es flamante medalla de bronce de Kickboxing, modalidad Light Contact, obtenida en el Campeonato del Mundo celebrado en París a mediados del pasado mes de noviembre. Para Brian Sáez Sánchez, así se llama este pequeño enorme deportista, conseguir títulos mundiales no es nada nuevo. Ya fue Campeón del Mundo de Kickboxing, modalidad de Light Contact, y Subcampeón del Mundo de la misma disciplina, en la modalidad Semi Contact. Así pues, a medida que el chico crece pasa a distintas categorías y en todas, hasta ahora, se cuelga medallas. Brian, nueve años de edad, practica este deporte desde que tenía tres, o sea, que ya lleva seis años dale que te pego con las manos y con los pies. Dudaba entre dedicarse al fútbol o al kickboxing; el titubeo se acabó en cuanto elevó la pierna y le dio al saco. Buen estudiante, su aspiración es conseguir títulos hasta la categoría senior cuando la edad se lo permita.
Marouane Abbaz, de Guazamara, quedó cuarto en la categoría juvenil, nada, a un pelín de la medalla de bronce, en el mismo Campeonato del Mundo. Antes, en Marruecos, practicaba karate y al llegar a España probó el kickboxing y se enganchó. Marouane, once años de edad, confiesa que al pisar el tatami antes de un combate en el Campeonato del Mundo, los nervios pesan lo suyo. Al igual que Brian, la aspiración de Marouane Abbaz es la de ser Campeón Mundial senior, meta que de momento ha de compaginar con los estudios que, por cierto, no van muy allá según el apuntador. Ninguno de los dos escatima esfuerzos a la hora de prepararse, todo el tiempo de ocio dedicado al kickboxing, tanto que los días que no hay entrenamiento, Marouane lo hace por su cuenta.
José Antonio Gázquez, coach del gimnasio Almanzora, no quita ojo de todos y cada uno de los movimientos de los chiquillos. Explica el experto que "este deporte es una combinación de técnica, resistencia y forma física. Lo más importante para cualquiera que desee ejercitar el kickboxing es tener ilusión, que tenga constancia, disciplina. Con esto se puede practicar esta modalidad deportiva". José Antonio comenzó aficionándose a la películas de Bruce Lee, así inició su camino al kickboxing cuando tan sólo tenía seis años de edad y hasta ahora. Ya en el año 2002 fue Campeón del Mundo de kickboxing, el primer español que consiguió el título en toda la historia del kickboxing.
La práctica de artes marciales concede un equilibrio entre cuerpo y mente, una escala de valores como la humildad y el respeto a las personas, disciplina y energía. Con todos estos ingredientes, José Antonio Gázquez prepara ya a su equipo para competir el próximo año en los Campeonatos del Mundo que se celebrarán en Croacia, "una aventura difícil porque lo cierto es que no disponemos de suficiente ayuda". Tan es así, que los propios deportistas han de sufragarse el viaje de su propio bolsillo, o casi, porque alguna pequeña ayuda reciben de la Federación. Muy escasa al parecer, y es que los tiempos están cómo están para todos, pero "un esfuerzo no vendría nada mal, tengamos en cuenta que estamos hablando de un Campeonato del Mundo y que aquí tenemos un Campeón Mundial y varios deportistas, al menos otro más, con posibilidades de serlo". Además de pegarse con el contrincante de turno, estos jóvenes deportistas y sus familias han de apalear a las circunstancias.
fuente: Almería.es
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