lunes, 10 de octubre de 2016

La defensa contra un ataque de cuchillo... por Ismo Ivakko


En el entrenamiento de técnicas de defensa contra cuchillo deberán tenerse en cuenta una serie de premisas o directrices, que serán comunes a las diferentes situaciones que se puedan presentar. Como una idea común a cualquier tipo de ataque, si es posible, la confrontación deberá evitarse. Pero este principio no deberá tenerse en cuenta, obviamente, en los profesionales de la seguridad, que trabajan para defender a otras personas o bienes.

Defendiéndose contra un atacante que porta un cuchillo, siempre que sea posible es importante mantener una distancia segura. Esto obligará al atacante a tener que avanzar un espacio considerable para alcanzar su objetivo, dando al defensor de esa forma tiempo para ejecutar las acciones de defensa, o coger un objeto cercano para usarlo como arma, tales como una silla, un palo, una piedra...

Si se dispone de tiempo suficiente, hay que observar el modo en que el agresor sujeta el cuchillo, viendo de esa forma el tipo de ataque que podría efectuar, y pensar, de acuerdo con esto, las posibles técnicas de defensa. Debemos tener en consideración que la pierna es más fuerte y tiene mayor alcance que el brazo, por lo que a menudo es preferible defenderse con patadas desde la distancia adecuada para ejecutarlas, sirviendo esta distancia también de margen de seguridad.

Uno de los principios básicos de las técnicas de Krav Maga es la ejecución del contraataque de forma simultánea a la defensa, evitando de esta forma un segundo ataque. En el mismo momento en que el defensor bloquea con su antebrazo el ataque con cuchillo desde abajo, descarga un puñetazo contra la cara del atacante, que deberá golpear alguna de las partes débiles de la cara. Cuando se utiliza una defensa con la mano contra un ataque de cuchillo, el contraataque deberá ejecutarse a la máxima velocidad, y es recomendable asir la mano que sostiene el cuchillo, evitando de esa forma que el atacante la use de nuevo. La mayoría de las veces el agresor estará dispuesto a atacar una segunda vez en el caso de que falle la primera y a repetir el ataque tantas veces sea posible.

No obstante lo expuesto en el párrafo anterior, no siempre será posible la ejecución simultánea de la defensa y el contraataque, porque el atacante sea muy sorpresivo o repentino, o porque el defensor está despistado o confiado. En este caso habrá que responder únicamente con una defensa, tras la cual hay que evitar con rapidez el segundo ataque y contraatacar tan fuerte y rápido como sea posible, controlando en todo momento la mano que sujeta el cuchillo.

En un enfrentamiento contra alguien con intenciones de agredir no siempre se aprecia desde el primer momento que porta un cuchillo, y muchas veces ocultará el mismo. Muchas personas que han sobrevivido a una pelea con cuchillo cuentan que no se percataron de que su oponente usaba el arma hasta que había sido herido con ella. En ocasiones la primera sensación cuando se sufre un ataque punzante con cuchillo es igual que un golpe con el puño, y posteriormente es cuando se aprecian las consecuencias del ataque con arma blanca. Para evitar eso hay que prestar especial atención a las manos del atacante y controlar si lleva algún tipo de arma blanca, y seguidamente hay que intentar apreciar cuál puede ser la dirección del ataque.

Ismo Ivakko

David Vallejo

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David Vallejo (Budokan Sevilla Dojo) www.budokansevilla.com