Un aspecto importante en la educación infantil consiste en inculcarles buenos hábitos a los niños desde pequeños. Sin embargo, no se trata de una tarea sencilla, a veces es necesario armarse de mucha paciencia para poder lidiar con las conductas rebeldes y las actitudes negativas de los niños, sobre todo cuando son muy pequeños.
Los castigos y los regaños suelen funcionar temporalmente pero en ocasiones solo sirven para agravar el comportamiento negativo que queremos eliminar. De hecho, a veces el castigo actúa como un reforzador de la conducta negativa, aunque muchos padres no lo saben y se empeñan en reñirles a sus hijos cuando hacen algo mal. En cambio, existe una estrategia mucho más útil y constructiva: el reforzamiento positivo.
El papel del refuerzo positivo en la infancia
Básicamente, la teoría del reforzamiento positivo consiste en ignorar los malos comportamientos de los niños, centrándonos en sus buenas conductas para premiar sus esfuerzos y logros. Se trata de incentivarlos a que repitan la conducta positiva que queremos obtener. El reforzamiento positivo sienta sus bases en la teoría conductista y es muy útil, sobre todo, para instaurar hábitos adecuados y saludables.
Otra de sus mayores ventajas radica en que puede aplicarse a cualquier edad, aunque suele ser más eficaz a partir de los 2 años, una etapa ideal para instaurar hábitos positivos ya que se está desarrollando la autoconciencia y estructurando la personalidad.
No obstante, es importante tener en cuenta que las recompensas y los premios se deben modificar a lo largo del crecimiento ya que los intereses y motivaciones de los peques van cambiando a medida que se hacen mayores, de manera que mientras una golosina o un paseo al parque pueden motivar muchísimo a los más pequeñitos, no tienen el mismo efecto en los mayorcitos, a los que les empieza a llamar la atención otro tipo de recompensas, aunque siempre es importante cerciorarse de que los premios no sean solamente materiales.
Existen distintas formas de utilizar el reforzamiento positivo en la educación infantil, una de las estrategias más sencillas y fáciles es la tabla de recompensa. Se trata de un método muy práctico que les facilitará a los padres reforzar las buenas conductas en sus hijos, a la vez que les permitirá a los pequeños involucrarse en su proceso de aprendizaje.
Tabla de recompensa para inculcar en los niños buenos hábitos
La tabla de recompensas, también conocida como cuadro de incentivos, es una técnica muy útil para instaurar en los niños hábitos saludables a través del reforzamiento positivo. Básicamente, se trata de una tabla muy sencilla que consta de diferentes columnas y filas, por una parte se incluyen las metas que debe lograr el niño a lo largo de la semana o el mes, y por otra, en las celdas correspondientes, se van haciendo las marcas, ya sea con una estrella, una cruz o una pegatina, que indican que el pequeño ha conseguido su objetivo.
La tabla se debe colocar en un lugar visible al que el niño pueda acceder con facilidad para repasar el cumplimiento de sus tareas e incluso hacer las marcas cada vez que consiga cumplir sus objetivos. De esta manera, cuando el pequeño haya alcanzado determinado número de marcas, el cual deberá negociarse con anterioridad, recibirá un premio como recompensa por su esfuerzo. Ese premio lo mantendrá motivado y le animará a esforzarse por conseguir su próximo objetivo.
Fotos: Cayusa
David Vallejo
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