Al sentarnos en seiza no debemos cruzar los pies uno sobre otro; esto crearía una importante vulnerabilidad ante ataques de cualquier tipo. En ushiro-waza, a uke le bastaría con pisar con uno de sus pies ambos pies nuestros; todo lo demás sería adorno. En mae-waza (suwari-waza, hanmi-handachi-waza…) cualquier movimiento sería extremadamente lento; cualquier ataque de uke sería inmediatamente efectivo. Ni siquiera debemos cruzar los dedos pulgares como se hace en distintas líneas o tradiciones. Y por la misma razón.
Al sentarnos en seiza debemos tener los dedos pulgares tocándose entre sí, pero sin superponerse. Los talones separados, creando un hueco donde meter nuestro o-shiri (nuestro trasero), de manera que los talones flanqueen nuestro cojín. De esta manera nuestro centro está lo más cerca posible del suelo, creando estabilidad sin menoscabo de la movilidad. Esto es muy importante.
Nuestras rodillas no deben encontrarse juntas; esto de nuevo limitaría nuestra estabilidad y movilidad. Las rodillas deben estar separadas de manera que formemos un triángulo equilátero con ellas. Separarlas más, aun cuando nos daría mayor estabilidad, sería un serio problema para nuestra movilidad. Aunque cada cuerpo es diferente, la regla general sería la del triángulo equilátero.
Alejandro Villanueva
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