Jaquelina Calzada, en uno de sus entrenamientos. SANE |
Jaquelina Calzada es una joven karateka de doce años que entrena
diariamente en el Gimnasio González Machín, en Santander, para alcanzar
una serie de objetivos, que a pesar de su corta edad, resultan
ambiciosos.
Jaquelina dejó de lado las muñecas para descalzarse y
entrar de lleno en el mundo del tatami. «Cuando me inicié en el karate
tenía seis años y no sabía nada acerca de este deporte. Desde entonces
no he dejado de practicarlo. No me ha dado por probar en otras
disciplinas deportivas, ya que ésta satisface todas mis exigencias.
Realmente me gusta venir al gimnasio e intentar mejorar en cada sesión.
Me siento muy bien».
A pesar de su juventud, Jaquelina ya cuenta con una
dilatada experiencia en competición. «En la actualidad soy campeona
regional de juveniles en kumite. Fue una competición en la que terminé
bastante cansada ya que tuve que librar varios combates, al estar
programada en formato liguilla. Al último llegué con ventaja y aunque
todas las rivales eran muy buenas, logré hacerme con el título. El año
pasado también quede primera en pre-kumite y acudí al campeonato de
España. Allí realmente me di cuenta que hay que trabajar mucho más para
conseguir buenos resultados. Terminé algo disgustada conmigo misma
porque no pude hacer nada más por ganar. Sin embargo, aprendí mucho,
tanto dentro como fuera del tatami».
Tras obtener el título regional, Jaquelina se
encuentra metida de lleno en las concentraciones de la selección
cántabra, con el objetivo de ganarse una plaza y poder acudir otra vez
al Nacional. «Ahora estoy entrenando a las órdenes del seleccionador
para ver si puedo dar el nivel necesario. Entrar en el combinado
nacional estará complicado, ya que hay un gran nivel. De momento trabajo
fuerte en todos los entrenamientos para conseguir ganarme un lugar en
el equipo regional».
Los entrenamientos y el trabajo diario no suponen un
sacrificio para esta joven deportista. «En la actualidad, y como lo
compagino bien con los estudios, puedo acudir al gimnasio todos los
días. Si me dejan, suelo estar unas tres horas, lo que ocurre es que
tanto Antonio como Mariló, mis entrenadores, no me dejan practicar todo
lo que yo quisiera porque saben lo que es bueno para mí». Jaquelina se
define como una gran trabajadora. «Me gusta mucho entrenar,
especialmente la técnica de Kumite, que es lo que más me atrae para
luego aplicar en los combates».
Actualmente, Jaquelina es cinturón marrón y dentro de
un año se presentará para conseguir el Cinturón Negro, uno de sus objetivos a
corto plazo. «Lo que más me gusta es el kumite, reconozco que en el
tatami soy un poco guerrera. En el examen se trabajan las técnicas
básicas de katas y kumite. Lo de las katas es lo que peor se me da, lo
intento pero no me sale; no tengo demasiadas sensaciones. Quizá me
aburre un poco. Sin embargo, el kumite es diferente, tengo delante a una
rival y puedo aplicar todo lo que entreno».
En combate, su golpe favorito es el mawashi, a la
espalda del rival. Lo ha descubierto durante los entrenos, y no le gusta
ocultar sus predilecciones. «También me gusta estar a la contra para
buscar los puntos débiles del contrario. El combate es mucho más
dinámico. A mí, particularmente, me llena más». Jaquelina quiere llegar
lejos y participar en un Mundial. Es un sueño que mantiene desde hace
mucho tiempo, y que desea convertir en realidad. En ocasiones comparte
tatami con una campeona como Natalia García y sabe que llegar a su nivel
sólo se consigue con dedicación y trabajo, algo para lo que ella está
convencida que está preparada.
fuente: eldiariomontanes.es por Rafael González
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