Sandra Sánchez cuenta cómo vivió los Juegos Europeos de Bakú. La karateka logró el oro en la modalidad de katas y ya es segunda en el ránking mundial, algo que no hubiera podido ni imaginar hace tan sólo 12 meses. Sin embargo, esto no ha hecho más que empezar. “Ahora el reto es sumar puntos para conseguir el primer puesto”, comenta.
Cambio radical
Sandra apostó fuerte. “Mi vida no ha cambiado por conseguir estos triunfos, mi vida cambió para conseguir estos triunfos”. Hace más de dos años, ella tomó la decisión de centrarse en el karate para poder lograr precisamente lo que hoy está cosechando. “Pasé de entrenar dos horas diarias a seis y eso es lo que realmente ha cambiado en mi vida”.
No fue una decisión fácil. Sandra se apartó de los tatamis justo al acabar su carrera y fue su sensei, el presidente de la Federación, quien insistió: ’Debes volver’. En ese momento, ella tenía clara una cosa: “No quería perder lo que antes ganaba con facilidad. Si volvía, quería dar el 200% de mí y sabía quién era las persona perfecta para conseguirlo”. Sandra habla de Jesús del Moral, su pareja y el hombre encargado de prepararla para llegar a lo más alto. Él ha sido una de las piezas fundamentales de su éxito. “Se hizo de rogar un poquito, pero al final cedió. Cambiamos de arriba a abajo toda la rutina de entrenamientos y el resultado se está viendo ahora”, comenta entre risas.
El combate ‘imaginario’
Muchos entienden el karate como un combate entre dos adversarios. No van equivocados, pero la modalidad de katas tiene un matiz diferente: el rival es imaginario. “Todas las técnicas que existen en el karate se engloban en los katas. Se hacen una serie de formas que están preestablecidas y allí se evalúa la fuerza, la velocidad, la potencia…”. Para Sandra, es algo parecido a los ejercicios de gimnasia deportiva. Puede sonar extraño, pero sólo hay que ver su actuación en Bakú para darse cuenta que se trata de algo más que una coreografía. No hay adversario físico, pero no es difícil imaginar que hay alguien ante ella. La fuerza, los gritos, las miradas… Lo intangible de los bailes es tan llamativo como sus movimientos. “Yo siempre digo que es magia, hay algo que transmitir”, explica Sandra. Y añade: “Sea quien sea el rival que nos imaginamos, le tenemos mucha rabia”.
Próximo objetivo: ¿JJOO?
Los karatekas luchan desde hace años para lograr que su deporte sea olímpico. Aún no lo han conseguido, pero este mes de septiembre tendrán una nueva oportunidad. “Ya se ha intentado varias veces y nos hemos quedado muy cerca. Por nuestra parte, creo que se está haciendo todo el esfuerzo posible. Ahora sólo queda esperar… Ojalá podamos entrar en las Olimpiadas”. Los Juegos Europeos han sido un paso importante, pero falta el definitivo.
fuente: planetadeporte.es
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