martes, 18 de febrero de 2025

Como entrenas es como pelearás

No confundas al abuelo con su nieto. No son lo mismo.

Ni nunca lo fueron, aunque se parezcan, ni aunque compartan algunos genes.

Pues igual las artes marciales.

A muchos artistas marciales les encanta repetir esta frase: “Las artes marciales se crearon para LA GUERRA”.

Y con eso tratan de justificar... ¿qué? ¿La supuesta “letalidad” de sus artes marciales?

¿O quizá están tratando de apaciguar un inseguro ego, porque alguien osó cuestionar la efectividad de lo que practican?

Pero esto es un error. Las artes marciales MODERNAS, NO fueron creadas para la guerra.

Punto. 

Así es la realidad, aunque nos duela.

Y son esas artes marciales modernas las que el 99.99% de los artistas marciales actuales practican de hoy en día.

Claro, las artes marciales modernas PROVIENEN de artes marciales ANTIGUAS, que SÍ fueron creadas para la guerra. Hay que ser justos y decirlo con todas sus palabras.

Por ejemplo, el karate moderno, aunque no fue creado específicamente para la guerra sino para la defensa personal CIVIL en Okinawa, sí tiene algunos antecedentes militares, y hay que reconocerlo. 

De hecho, algunos de los fundadores del karate fueron auténticos guerreros, como el famosísimo Sokon Matsumura (1809-1899), apodado precisamente “BUSHI” (“Guerrero”), que fue el equivalente a un Samurái, pero de Okinawa.

Pero todo cambió con sus alumnos.

El karate (y las demás artes marciales modernas) tomaron el ejemplo del maestro Jigoro Kano, quien transformó el arte marcial guerrero de los samuráis, ju-jutsu, en el deporte moderno del judo, más seguro para practicar por la población civil y con otros objetivos distintos a la guerra.

Las “Bu-JUTSU” (“Técnicas para la guerra”), pasaron ser “BuDO” (“Artes o Caminos de Superación Personal  Espiritual”).

Igual el  “kenjutsu” (arte guerrero de la espada) se convirtió en  “kendo”, el  “aikijitsu” pasó a ser  “aikido”. 

Y el  “karate jutsu” pasó a ser  “karate DO”.

De hecho el propio Gichin Funakoshi (1868-1957), quien llevó el karate de Okinawa a Tokio, lo escribió claramente en su autobiografía, “Karate-Do: Mi Camino de Vida”: “El karate que practican los estudiantes de hoy es muy distinto al karate que yo aprendí cuando niño en Okinawa”.

Hoy en día, las artes MARCIALES sólo lo son de nombre, porque son más artes espirituales, deportivas, filosóficas y tal vez, con algo de defensa personal CIVIL.

Pero no militares.

El “abuelo”, o ancestro de estas artes marciales SÍ fue militar.

El nieto, no.

Esto NO implica que uno sea  “mejor” o “peor” que el otro, son simplemente distintos. Las artes marciales modernas tienen muchos otros beneficios que sus ancestros quizá no enfatizaban: deportivos, espirituales, filosóficos, mentales, éticos, defensivos, etc.

Pero lo militar se redujo o incluso se eliminó casi completamente del entrenamiento.

“El nieto no es lo mismo que el abuelo”.

Ahora...

Esto NO significa que el nieto NO PUEDA llegar a ser como el abuelo, si se necesita, o se desea.

Las artes marciales actuales pueden “revertirse” a sus capacidades anteriores, pues aún contienen muchos de los principios militares de su ancestro ya que comparten, digamos, el mismo  “ADN técnico”. 

Son “familia”.

PERO...

Todo depende de CÓMO se entrenen.

Y aprovechamos para repetir otra famosa frase marcial que ya hemos publicado: 

“Como entrenes, es como pelearás”.

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David Vallejo (Budokan Sevilla Dojo) www.budokansevilla.com